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Crítica por Joaquín R. Fernández

Lo bueno de una secuela es que, en teoría, uno no tiene que perder el tiempo en describir la personalidad de los personajes que ya intervinieron en el inicio de la saga. Sin embargo, cuando matas a uno de ellos en el antecedente, has de gastar energías en explicar cómo es posible que ahora pueda aparecer en la continuación. Eso es precisamente lo que sucede en Blade II con Whistler, encarnado en el filme por Kris Kristofferson. Viendo semejante comienzo, trillado, innecesario y falso, cualquiera se da cuenta enseguida de que el argumento de la película no nos va a deparar grandes genialidades. La verdadera estrella de la función son las piruetas del héroe, las palizas que les propina a sus enemigos y, por qué no, las consabidas frases provocativas que suelta por su boca. En definitiva, tan sólo se busca divertir al personal y alejarse por completo de cualquier tipo de pretensión.

La trama de esta producción de la New Line se desarrolla a través de previsibles traiciones, y sus pasajes de acción siguen el conocido esquema de la saga Alien. Es más, si quieren pueden sustituir a los Reapers por viscosos alienígenas, pues se multiplican por decenas y son tan escurridizos como una babosa espacial. Blade II se aleja, por tanto, de su precedente: cierto que es más espectacular que la cinta de Stephen Norrington, pero ni por asomo su historia posee el carisma de la obra original (de hecho, se echa de menos un malo tan contundente como Deacon, interpretado con convicción en su día por Stephen Dorff). Guillermo del Toro añade aquéllo en lo que es un auténtico maestro: ciertas dosis de terror (no hay duda de que consigue inquietarnos con algunas de sus visiones) y divertidas muestras de casquería que se ejemplifican sobre todo en la brutal boca de los vampiros que atacan a los de su propia especie. Por lo demás, la estética del filme no aporta nada nuevo, siendo los efectos especiales muy cercanos a los de un videojuego y las coreografías llamativas pero sin demasiada sustancia. Sobresale, eso sí, el primer encuentro de Nyssa con Blade, probablemente el mejor combate de toda la película.

Wesley Snipes sabe lo que tiene que hacer para dar vida a tan peculiar héroe. Así, mantiene su mirada imperturbable y habla cuanto menos mejor, dejándolo todo, pues, en manos de su habilidoso físico. Kristofferson es consciente de su papel secundario, y tanto da verlo aquí que en En el Planeta de los Simios; en realidad, parece que siempre esté interpretando al mismo sujeto. El verdadero hallazgo de Blade II es Leonor Varela, aunque bien es cierto que Nyssa es un personaje apetitoso (al final me remito). Norman Reedus y Ron Perlman están un tanto cargantes, e incluso este último podría haber sido sacado directamente de la última entrega de Alien. Santiago Segura hace una breve aparición, jocosa pero completamente anecdótica.

Marco Beltrami no se ha esforzado demasiado a la hora de componer la banda sonora de la película. Su música se centra en la creación de ambientes, cometido en el que resulta eficaz, pero para nada destaca, sobre todo si tenemos en cuenta los sólidos antecedentes que encontramos en la filmografía de este autor. El resto, un cúmulo de atronadores incisos orquestales y una sucesión de ritmos machacones que, de tan conocidos, cansan incluso a los más discotequeros.

© 2002 Joaquín R. Fernández

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Blade II
(Blade II)


Imagen © 2002

Dirección: Guillermo del Toro.
País: USA.
Año: 2002.
Interpretación: Wesley Snipes (Blade), Kris Kristofferson (Abraham Whistler), Norman Reedus (Scud), Leonor Varela (Nyssa Damaskinos), Ron Perlman (Reinhardt), Luke Goss (Jared Nomak), Santiago Segura (Rush).
Guión: David S. Goyer.
Producción: Peter Frankfurt, Wesley Snipes y Patrick Palmer.
Producción ejecutiva: Stan Lee y Avi Arad.
Música: Marco Beltrami.
Fotografía: Gabriel Beristain.
Montaje: Peter Amundson.
Diseño de producción: Carol Spier.
Dirección artística: Elinor Rose Galbraith y James F. Truesdale.
Vestuario: Wendy Partridge.
Decorados: Jeffrey Kushon y Peter P. Nicolakakos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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