Crítica por Pedro Pascual

Si Jordi Mollà buscaba que su película diera que hablar, desde luego lo ha conseguido. 'No somos nadie', ópera prima del director catalán, ha conseguido lo que pocos filmes, y es no dejar indiferente a nadie. Se pasa del frío extremo al calor infernal, o sea que fascina o horroriza. Si bien es cierto que entre los críticos del Festival de Málaga las sensaciones no han sido todo lo buenas que se esperaban, en la variedad está el gusto y un servidor salió encantado con la cinta de Mollà.

La crítica feroz a la televisión que hoy nos bombardea con millones de mensajes y también a la audiencia media de nuestro país son el eje central de la trama en una cinta en que la comedia y el drama se mezclan de una forma muy natural. 'No somos nadie' es una película eléctrica que en su primera media hora muestra un calco estético a una de la cintas de culto de los últimos años en España, 'El día de la bestia'. Sin embargo, a partir de ahí ya no se parece en nada a lo visto e inicia un camino insólito en el que la fusión de imágenes televisivas, las propias cinematográficas y una banda sonora con una fuerza insólita conforman un cóctel explosivo cuya onda expansiva no deja indemne a ningún espectador.

Quizá parezca una aberración a los más puristas, pero no se puede dudar de la pulcritud que muestra Mollà en la dirección en todo momento o el ingenio con el que nos muestra las metáforas bíblicas a lo largo del metraje (Jesús ante los fariseos o La última cena) que son de una singularidad exquisita. Además, el catalán se ha rodeado de un equipo de actores de primera categoría y todos realizan actuaciones notables, aunque destacamos la gracia natural de la siempre espléndida Florinda Chico o el rol de 'ángel bueno' que interpreta con mucha soltura Juan Carlos Vellido.

Es una película exquisitamente montada, muy buena en el aspecto técnico y con un guión muy original que no gusta a los críticos. ¿Es quizás porque tenga un 'tufillo' americanoide? Pues sí, quizás sí. Pero es española y aquí si se innova "porque se innova" y si no se innova "porque no se innova". Será porque somos "antichauvinistas" y casi nada nuestro nos parece bueno. También quizás. Sin embargo, uno no debe dejarse llevar por malas o buenas críticas; 'No somos nadie' debe verla cada cual y sacar conclusiones porque tal vez uno sea el siguiente en admirar la inimitable ópera prima del meticuloso Jordi Mollà.

© 2002 Pedro Pascual

La Butaca

No Somos Nadie
(No Somos Nadie)

Imagen © 2002