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Crítica por Rubén Corral

Que se lo pregunten a Martin Scorsese... Una campaña publicitaria como la que ha obtenido “El crimen del Padre Amaro” en México, el país donde se rodó (la producción es también española, argentina y francesa), difícilmente puede dejar indiferente a un espectador normal y corriente. Desde las más altas instituciones eclesiásticas se demandaba la excomunión del director del film, Carlos Carrera (director, desde 1991, de cuatro largometrajes no vistos en España), y grupos de “católicos de bien” se apostaban ante los cines. Aunque se hable mal de la película, siempre es peor la callada.

Y, sinceramente, de no ser por el –una vez más– buen trabajo de Gael García Bernal como un joven sacerdote tentado por las inmensas cuotas de poder que le ofrece la iglesia católica y por la desobediencia al voto de castidad en segundo lugar, tampoco sería nada injusto afirmar que lo mejor que le podría haber pasado a esta adaptación de la novela del portugués Eça de Queirós en 1875 habría sido la callada. Pues nada hay, de hecho, de novedoso en lo que nos propone Carrera con su película. Nada, al menos desde el ojo europeo, nada al menos desde la perspectiva occidental, nada que no sepamos, nada que nos escandalice y, lo que es peor, nada que nos emocione.

La adaptación de los contenidos de la novela de Eça de Queirós al México de hoy, con sus narcotraficantes, sus exiliados españoles, su periodismo sensacionalista y sus alcaldes del PAN (aquí tenemos a Pedro Armendáriz, repitiendo el papel de mandatario que representaba en “La ley de Herodes”, donde pertenecía a las filas del PRI) tan mangoneables como su oposición, se olvida de elementos de mucha mayor relevancia, de mucho más calado y profundidad. Esencialmente se trata de las relaciones que se establecen entre una pija meapilas del pueblo de Los Reyes, donde es párroco un murciano (homenaje a Francisco Rabal, para el que estaba escrito el personaje que finalmente interpreta Sancho Gracia) que tampoco respeta el voto de castidad, y el nuevo sacerdote, el padre Amaro, recién salido del seminario. Y tampoco parecen muy creíbles, vistos hoy, algunos de los acontecimientos culminantes de la trama. Pero eso, parece, son asuntos menores para aquellos que se empeñan en ver confabulaciones judeo-masónicas contra Juan Pablo II y sus sectarios. En este apartado, la validez y el interés de la película se queda en el momento en el que fue escrita, es decir, en pleno siglo XIX.

Sólo a los católicos más recalcitrantes parece molestarles que se hable de aborto, que se hable del voto de castidad o que se hable de las relaciones establecidas entre poderes fácticos (¿sólo?) como la iglesia o un cártel de narcotraficantes.

Desde luego, a nadie escandalizará su falta de ambición en lo que tiene que ver con el cine, en sus formas, en su estilo (esperamos todavía el regreso de Alejandro González Iñárritu para poder hablar en positivo del estilo de un cineasta mexicano). A nadie escandaliza eso porque son partes esenciales a la hora de valorar una obra de arte como debería ser una película. Pero a nadie le interesa hablar de eso. Es mejor decir que ha roto taquillas en México... Gracias a la Iglesia.

© 2002 Rubén Corral

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El Crimen del Padre Amaro
(El Crimen del Padre Amaro)


Imagen © 2002

Dirección: Carlos Carrera.
Año: 2002.
País: México.
Duración: 120 min.
Interpretación: Gael García Bernal (Padre Amaro), Ana Claudia Talancón (Amelia), Sancho Gracia (Padre Benito), Angélica Aragón (La Sanjuanera), Damián Alcázar (Padre Natalio), Pedro Armendáriz Jr. (Presidente Municipal), Andrés Montiel (Rubén), Luisa Huertas (Dionisia), Lorenzo de Rodas (Don Paco), Ernesto Gómez Cruz (Bishop), Gastón Melo (Martin), Gerardo Moscoso (Doc).
Guión: Vicente Leñero; basado en la novela de Eça de Queirós.
Producción: Alfredo Ripstein y Daniel Birman Ripstein.
Música: Rosino Serrano.
Fotografía: Guillermo Granillo.
Montaje: Óscar Figueroa.
Dirección artística: Carmen Giménez Cacho.
Vestuario: Mariestela Fernández.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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