CinEncanto
La Butaca
Novedades
Películas Recientes
Archivo
La Butaca
Noticias

Crítica por Leandro Marques

Parece un comercial de perfumes. La bella mujer avanza por la ciudad, en medio de una insólita tormenta de viento que casi le imposibilita caminar, mientras por el otro lado de la calle, el guapo espécimen masculino viene marchando, sin grandes posibilidades de visibilidad debido al temporal y a la enorme pila de libros que carga en sus brazos. Un instante después lo inevitable sucede. Chocan, caen al suelo, y así nace el primer roce, la primera mirada, que son evidentes vaticinios de lo que está por suceder entre ellos. Así de evidente termina siendo, luego de un comienzo prometedor, "Infidelidad" (título en Argentina)*, la película de Adrian Lyne protagonizada por Richard Gere y Diane Lane.

Aquella bella mujer es Connie (Lane) y está felizmente casada con Edward (Gere), con quien además tiene un pequeño hijo. Justamente este hecho es el que lleva a Lyne ("Nueve semanas y media", "Lolita"), quien ya mostró en su filmografía su interés por explorar temáticas relacionadas a la sexualidad y las relaciones humanas, a contar una historia con varios rasgos interesantes, que tiene como principal mérito la posibilidad de despertar en el espectador cuestiones que van más allá de lo que muestran las imágenes.

Porque el matrimonio en verdad parece llevarse bien, porque el proyecto de familia también marcha sobre ruedas, nada debería haber generado en la protagonista ese ardiente deseo de tener una aventura con aquel buen mozo con quien se cruzó por accidente. Sin embargo, pese a la carga moral que echa sobre sus hombros y el remordimiento que la lleva a dudar y replantearse todo más de una vez –el amor hacia su familia y a su marido–, Connie se deja llevar. No puede contener la decisión que su cuerpo ya había tomado desde la primera vez. Y entonces, aquel acto tan temido por ella finalmente sucede.

A partir de ahí, Lyne se dedica a recorrer con distancia –la necesaria para no forzar una lectura predetermi-nada en el espectador–, pero también con profundidad, la doble vida que la mujer se ve obligada a seguir. Esos son los mejores momentos de la cinta, los que capturan los procesos internos de los personajes, que por otra parte están muy bien interpretados por los actores, principalmente Lane. Además, se destaca un correcto trabajo de cámara, que permite descifrar miradas y gestos que hablan por sí mismos. Al principio, Connie se muestra insegura e inhibida, disgustada consigo misma por lo que hace, por tener que mentir, por no poder detenerlo. Pero luego, encuentra en su amante la posibilidad de tener un nuevo espacio para soltarse y liberar esa otra parte que quizás no puede o no quiere mostrar ante Edward. Pese a eso, no puede evitar su permanente sentimiento de culpa, que la sofoca, la abruma, la desestabiliza. Toda estos estados de ánimos pueden percibirse a través del rostro y las expresiones de la actriz.

Lógicamente, la situación que atraviesa Connie repercute en el seno de la vida familiar. Ella luce nerviosa y distante, su marido no tarda en advertirlo y pronto comienza a husmear algo raro. Con la idea de sacarse toda duda sobre las razones de los notorios cambios que afectan a su amada mujer, Edward decide contratar a un detective privado. Es desde ese momento en que el filme pierde agilidad, se hace lento y aburrido: ingresa en un territorio gobernado por la previsibilidad.

En lugar de explotar a fondo sus mejores elementos narrativos y psicológicos, "Infidelidad" pasa entonces a convertirse en una –mala– película de suspenso salpicada por destellos de moral y corrección política. Los personajes reaccionan de una manera estereo-tipada a las situaciones que se le presentan. Ella cada vez se siente más culpable. Él se enoja y toma cartas en el asunto. Nunca afrontan la nueva realidad que viven como pareja. Sólo prefieran evitar el problema. Deshacerse de el. Cada uno a su modo. En algo coinciden: la familia, el proyecto en común, la estabilidad económica, el hijo que tienen y aman, toda esta estructura que juntos concibieron, está por encima de todo. El culpable de lo que pasó, los motivos y las consecuencias de eso, mejor buscarlo en otro lado. Quizás la culpa de todo la tenga el joven amante que no hizo más que entrometerse en su felicidad ¿El amor? Para ellos, es una decisión de la cabeza más que una sensación del cuerpo. Al parecer, es preferible verlo así antes que admitir que el cuerpo también toma decisiones, también elige. Bien lo sabe Connie. Pero mejor no echar todo a perder.

© 2002 Leandro Marques

La Butaca

Infiel
(Unfaithful)


Imagen © 2001

Dirección: Adrian Lyne.
País: USA.
Año: 2002.
Duración: 124 min.
Interpretación: Richard Gere (Edward Sumner), Diane Lane (Connie Sumner), Olivier Martinez (Paul Martel), Erik Per Sullivan (Charlie), Dominic Chianese (Frank Wilson), Margaret Colin (Sally), Kate Burton (Tracy), Chad Lowe (Bill Stone), Michelle Monaghan (Lindsay), Erich Anderson (Bob Gaylord), Myra Lucretia Taylor (Gloria), Larry Gleason (Tim).
Guión: Alvin Sargent y William Broyles Jr.
Producción: Adrian Lyne y G.Mac Brown.
Música: Jan A. P. Kaczmarek.
Fotografía: Peter Biziou.
Montaje: Anne V. Coates.
Diseño de producción: Brian Morris.
Dirección artística: John Kasarda.
Vestuario: Ellen Mirojnick.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

.