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Crítica por Mateo Sancho Cardiel (desde el 49º Festival de San Sebastián)

Tras hacerse cierto hueco en la industria hollywoodiense con "Grandes Esperanzas", postmoderna versión del clásico de Dickens, con resultados muy discutibles, Alfonso Cuarón ha regresado a su patria, Méjico, para realizar una road movie que explora con acierto los caminos de la amistad, el amor y, en general, la vida que uno elige. Como él mismo ha afirmado, es "su película menos mala", y no una obra maestra como algunos se han empeñado en decir. No hay duda de que tiene calidad, pero no es más que un entretenimiento menor muy conseguido, que se ve con simpatía y que tiene ciertas argucias en el guión. Pero, desde luego, le falta mucha categoría para llegar a ser una película memorable, tan sólo favorecida por el bajísimo nivel competitivo en la Biennale.

De nuevo necesitando un cuarto de hora para acostumbrarse al acento mejicano, "Y tu mamá también" nos muestra un viaje alocado, de escapatoria, en el que se embarcan dos chicos bien y una mujer que acaba de abandonar a su marido. La idea de los jóvenes es, como siempre, "coger" hasta la extenuación, un culto al sexo que pronto Luisa, su compañera de viaje, aplacará como la voz de la experiencia. Y éste es el papel por el que Maribel Verdú ha recibido tantas alabanzas, hasta el punto de considerarla candidata a la Copa Volpi en el pasado Festival de Venecia. Pues siento contradecir a la mayoría, pero sigo pensando que es una actriz empalagosa, afectada, que entona como para recitar poemas, pero no imprime naturalidad en sus diálogos. Con mucho componente arrabalero y una dicción chulesca y petulante, carece de versatilidad. Por muchos géneros que aborde, siempre es el mismo trabajo, y, lo que es peor, nunca deja de ser Maribel Verdú para fundirse con el personaje. En "Y tu mamá también" confirma que además tiene tendencias exhibicionistas, y esta vez, además, pederastas.

Y es que, durante el viaje, no perderá el tiempo en cepillarse a los dos adolescentes que le llevan a la playa. Me quedo, sin ninguna duda, con Gael García Bernal y Diego Luna, que realmente olvidan sus nombres para ser esos dos amigos que, uña y carne, acabarán dejando que su amistad se deteriore por miedo a enfrentarse a su propia naturaleza. Su frescura ante la cámara es tal que llega a parecer improvisación, y la mención especial a sus trabajos en Venecia sí que fue otorgada con toda justicia. Porque ambos consiguen llegar al público como esos dos inseparables "charolastras", vividores y bromistas, fantasmas y sensibles, que realmente hacen de "Y tu mamá también" una película entrañable, bonita y muy divertida.

El guión, también premiado en Venecia, tiene mucha vitalidad y nunca cae en el mal gusto, pese a que centra sus disertaciones en las experiencias sexuales. Son escenas muy reales las que se nos exponen en esta película, y nos convierten en un viajero más en esta odisea en busca de la libertad. Un trayecto que nos llevará, sin embargo, hacia cierta amargura, a una entrada en el mundo adulto en el que atrás quedaron los juegos, los chistes y la irresponsabilidad. Un cambio radical que derrumba toda la alegría que hemos disfrutado durante la película. Una despreocupación que nos hace pensar en lo valioso del presente, en lo importante de aprovechar el momento porque, por suerte o por desgracia, todo cambia en esta vida.

© 2001 Mateo Sancho Cardiel

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Y Tu Mamá También
(Y Tu Mamá También)


Imagen © 2001

Dirección y producción: Alfonso Cuarón.
País: México.
Año: 2000.
Duración: 105 min.
Interpretación: Maribel Verdú (Luisa), Gael García Bernal (Julio), Diego Luna (Tenoch). Guión: Alfonso Cuarón y Carlos Cuarón.
Fotografía: Emmanuel Lubezki.