Dirigida
por James Mangold
Escrita por Michael Cooney
Editada por David Brenner
Elenco:
John Cusack .... Ed
Ray Liotta .... Rhodes
Amanda Peet .... Paris
John Hawkes .... Larry
Alfred Molina .... Doctor
Clea DuVall .... Ginny
John C. McGinley .... George York
William Lee Scott .... Lou
Jake Busey .... Robert Maine
10 desconocidos, por una conjunción de increíbles casualidades (factor que se repetirá a lo largo de toda la película), acaban reuniéndose en un decrépito motel en medio de ninguna parte. Entre los componentes del ecléctico grupo podemos encontrar a una prostituta con afanes fruticultores, un ex poli reconvertido a chofer de actrices de segunda fila (alguien con muy mala leche e ingenio haría un chiste aquí con el hecho de que Rebecca de Mornay, representando el papel de dicha actriz, lleva muchos años de capa caída. Pero no se da el caso.), un ¿feliz? matrimonio recién casado, un rudo policía custodiando a un preso, etc. Todos ellos, junto con el nervioso recepcionista del motel, deberán hacer frente a un misterioso asesino que les va matando uno a uno. Mientras, lejos de allí, una comisión de investigación intenta discernir si un asesino en serie se hallaba en sus cabales cuando realizó los asesinatos.
Misterioso, ¿no?
Pues sí. Pero de eso se trata. De misterio. De ese muy suspensivo y atemorizante. Bebiendo de diversas fuentes, desde las novelas de Agatha Christie (entre ellas, muy especialmente Diez Negritos) hasta el cine de slashers (léase Halloween, Viernes 13 y demás beldades de la cultura pop), y añadiendo giros argumentales y detalles marca de la casa muy originales, obtenemos un thriller deliciosamente enrevesado, bien realizado y muy inquietante. Sí, enrevesado; sólo los mas espabilados y retorcidos lograrán deducir el final, y eso observando muy cuidadosamente el metraje y a partir de más allá de la mitad del film. Al resto de los mortales el final de la película les impactará como un puñetazo en las narices. Es posible que a la gente que le gusta que le den todo masticadito le parezca de mal gusto, pero al resto de aficionados al cine, que buscamos esas pequeñas joyitas que se esconden entre la gruesa capa de lodo habitual nos sentará como agua de mayo.
En cuanto a las facetas técnicas del film, resalta en especial la fotografía. Como en la reciente (en España) Deathwatch, la mayoría del metraje se lleva a cabo en un único lugar. El lugar escogido es significativo: un decrépito y lúgubre motel, en el cual de un vistazo abarcas todos los terrenos, pero en el cual existen infinidad de oscuros rincones donde puede estar acechando el asesino. Y todo esto enmarcado en una tormentosa y oscura noche. Esto, en la práctica, se convierten en infinidad de escenas de supense, escenas, por cierto, narradas con pulso y habilidad por el director James Mangold. En cuanto a los actores, no me parece que hagan una actuación grandiosa. John Cusack está considerablemente más pasivo que en su chulesca actuación de Con Air, o en su excéntrico titiritero de Cómo Ser John Malkovich. La interpretación de Amanda Peet es bastante buena y Clea DuVall no va más allá del arquetipo de “mujer-blanca-al-borde-de-un-ataque-nervios”. Resaltan John C. McGinley , como neurótico padre de familia y Ray Liotta (dotado con la, personalmente, mejor cara de malo de los actores actuales), como un rudo policía que esconde más de un secreto.
En definitiva,
esta película funciona como esos curiosos y desafiantes acertijos que
unen varias ideas aparentemente inconexas para que, a base de repuestas de
si o no deduzcamos lo que realmente ha ocurrido: al principio no comprendemos
nada, pero luego todo encaja con demoníaca precisión, sorprendiéndonos
de una manera brutal. Muy recomendable.
Calificación: 9