Archivo de Críticas:

Lista por título en español en orden alfabético:
(Números, y de la A a la I)
(De la J a la Q)

(De la R a la Z)

Lista por título en su idioma original, en orden alfabético:
(Números, y de la A a la I)
(De la J a la Q)
(De la R a la Z)

El Domingo, Si Dios Quiere
(Inch'Allah Dimanche)
ARP Sélection, 2001
98 minutos

Dirigida y escrita por Yamina Benguigui
Editada por Nadia Ben Rachid

Elenco:
Fejria Deliba .... Zouina
Rabia Mokeddem .... Aïcha
Amina Annabi .... Malika
Anass Behri .... Ali
Hamza Dubuih .... Rachid
Zinedine Soualem .... Ahmed
France Darry .... Mme Donze
Roger Dumas .... Mr. Donze

Imagen © 2001 ARP Sélection

El domingo, si Dios quiere (Inch’Allah Dimanche, 2001) cuenta la llegada a Francia de una inmigrante a la fuerza que tiene que enfrentarse a un cambio de vida que la supera. A través de una historia individual, la directora y guionista Yamina Benguigui nos habla del problema de la inmigración argelina en Francia, problema al que se enfrentó su familia, ya que los orígenes de esta directora, nacida en Francia en 1957, también están en ese país. Son los testimonios de su madre los que la impulsaron a escribir esta película.

En 1974 el gobierno francés permitió la entrada en el país de las familias de los hombres argelinos que habían luchado por Francia y cientos de niños, esposas y madres llegaron desde Argelia. A Zouina, la protagonista de la película, le espera una vida completamente diferente y esto se suma a la tristeza que le produce haber tenido que abandonar a su madre en su país natal. Desplazada debido a sus diferencias culturales y despreciada por su marido y su suegra, centra todas sus ilusiones en buscar a otra familia argelina con la que darles a sus hijos la posibilidad de celebrar una fiesta tradicional de su país.

La película ha sido galardonada en el Festival de Toronto con el Premio de la Crítica Internacional, en Cinefrancia con el Premio Ángel a la Mejor Película y en la Mostra de Valencia con la Palmera de Plata a la Mejor película y a la Mejor actriz. Cabe pensar que la obtención de estos premios esté más relacionada con que trata un tema social que con sus valores narrativos o cinematográficos. El domingo, si Dios quiere tiene una fotografía interesante y una factura bastante correcta. Sin embargo, el ritmo se resiente en las repetidas ocasiones en las que la directora abusa de los montajes con música de fondo y, en cuanto a la narración, el guión no está del todo bien estructurado, ya que dilata en exceso una historia que no da para mucho y la plaga de anécdotas que únicamente hacen pasar el rato.

No quiere esto decir que el filme no tenga otros valores, como la humanidad de sus personajes o una sutil emotividad muy bien conseguida sin caer en el dramatismo extremo. Los personajes están definidos de forma admirable y los actores y actrices que los interpretan han sido excelentes elecciones. A pesar de que unos resultan más malvados que otros, ningún personaje es blanco ni negro, todos tienen sus razones, su fondo y sus pequeñas desgracias que los justifican. Además de ser muy humanos y auténticos, los personajes son lo que hace la película más atractiva. En concreto cabe mencionar a la suegra de la protagonista, el verdadero motor de todas las desgracias, y a France Darry, la vecina que vive para cuidar su jardín. Y, por supuesto, el dulce rostro de la protagonista, Fejria Deliba, que deja entrever sus emociones sin necesidad de muchas palabras.

Otro valor del filme es que no nos presenta la historia de Zouina como una terrible desgracia, sino como algo cotidiano y casi habitual. Es cierto que el marido le pega en tres o cuatro ocasiones. Sin embargo, esta no es una historia de malos tratos conyugales. Al marido no lo presenta como un déspota, sino que nos muestra situaciones que le llevan a comportarse de esa forma, siempre espoleado por su madre, que odia a Zouina y tiene como misión hacerle la vida imposible. La dominación aquí no es realmente del hombre sobre la mujer, sino de las circunstancias sobre la persona. Más que una película antimachista es una película humana.

También es de agradecer que la directora no haya creado una monserga sobre las diferencias culturales ni sobre el racismo de los que rodean a esta nueva familia. Zouina y sus hijos tienen un choque con la vecina, pero ni siquiera se debe a su procedencia. Y el resto de los personajes franceses que aparecen son muy amables y comprensivos y, en lugar de rechazar a la recién llegada, intentan ayudarla y tratar de que se integre. Es especialmente emotiva una escena en la que la joven madre ha conocido a la viuda de un coronel que puede ayudarla a encontrar a la familia argelina. Cuando está en casa de esta señora y empieza a fijarse en las fotos y medallas militares del difunto, suena en su cabeza una canción de su país que dice que fueron esos soldados los que destrozaron la vida de los argelinos. Zouina se siente entonces un poco traidora y tiene la tentación de marcharse. Pero sus ganas de encontrar a sus compatriotas son demasiado grandes.

Benguigui nos cuenta de forma sutil la transformación que ha sufrido su protagonista. A pesar de que esta mujer apenas ha salido de su casa y casi no ha tenido contacto con el mundo exterior ni con la cultura francesa y, aunque parezca que no ha cambiado y que sigue acatando las costumbres de su país, resulta que es casi una revolucionaria o una pecadora. Esto se pone de manifiesto cuando por fin encuentra a esa familia argelina que tanto había buscado y se da cuenta de que con ellos está tan desubicada como con los que le rodean. La directora retrata aquí muy bien esa sensación de los inmigrantes por la que ya no pertenecen ni al país del que salieron ni tampoco al que han llegado. O pertenecen a los dos. Esa doble nostalgia está bien mostrada en una de las escenas más conmovedoras del filme.

El ambiente no es demasiado opresivo, a pesar de que la protagonista tiene prohibido salir de casa. Sin embargo, sí que deja un pozo de tristeza en el espectador encontrarse con una mujer vivaz y emprendedora que ve sus alas cortadas a cada momento. El final optimista nos indica que las cosas van a empezar a cambiar y finalmente parece ser que el haberse mudado a Francia no ha sido tan para peor como parecía al principio.
Otros trabajos de Yamina Benguigui son los documentales Mémoires d'immigrés, l'héritage maghrébin (Memoria de inmmigrantes, la herencia magrebí, 1998) y Le Jardin parfumé (El jardín perfumado, 2000) y el cortometraje Pimprenelle, que forma parte de la película de episodios Pas d'histoires! (Déjate de cuentos, 2001). Todas sus obras tratan sobre el tema de la inmigración, más concretamente de aquellos que vienen del Magreb y de todas ellas, Benguigui es guionista además de directora.

Beatriz

Google
 
Web www.cinencanto.com