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The Return of the Living Dead
(The Return of the Living Dead)
MGM, 1985
91 minutos

Dirigida por Dan O'Bannon
Escrita por Dan O'Bannon, Rudy Ricci, John A. Russo y Russell Streiner
Editada por Robert Gordon

Elenco:
Clu Gulager .... Burt Wilson
James Karen .... Frank
Don Calfa .... Ernie Kaltenbrunner
Thom Mathews .... Freddy
Beverly Hartley .... Tina
John Philbin .... Chuck
Jewel Shepard .... Casey
Linnea Quigley .... Trash
Mark Venturini .... Suicide

Imágenes © 1985 MGM

El concepto del "muerto viviente" no es nada nuevo. Desde Lázaro hasta Frankenstein, la idea de una persona que regresa de la muerte ha fascinado a la humanidad. Tales historias se encuentran a lo largo del espectro moral y dramático y las motivaciones de los muertos vivientes pueden variar, pero siempre son expresiones de los más intensos sentimientos humanos: odio, amor, venganza... o hambre.

La "Trilogía de los Muertos" de George A. Romero ("The Night of the Living Dead", 1968; "Dawn of the Dead", 1978; "Day of the Dead", 1985) fué tal vez la primera vez que se empleó a estos monstruos humanos como metáfora de las condiciones sociales contemporáneas. El racismo, el consumismo y el exagerado individualismo son veladamente criticados en sus películas, cuyo excesivo contenido de sangre y vísceras no busca escandalizar sino hacernos insensibles a base de continua repetición, mostrando cómo la humanidad puede aceptar cualquier atrocidad si se convierte en algo "normal".

Desafortunadamente, este mensaje cayó mayormente en oídos sordos, pues poca gente logró ver más allá del rojo líquido y tripas que bañaban la pantalla. Para colmo, la mecánica de esas películas es tan simple que fué alegremente plagiado por decenas de imitaciones en América y Europa, lo que para siempre diluyó el impacto que este cine podría tener. Así, después de incontables cintas con la palabra "Zombie" en el título, la fórmula se convirtió en parodia.

Sin embargo, esta triste situación fué aprovechada excelentemente por el guionista Dan O'Bannon, quien tuvo la idea de hacer una película de "zombies" que retuviera el impacto visceral de los clásicos del género, pero que aceptara tácitamente el fundamental absurdo que hay detrás de estas cintas. El resultado fué "The Return of the Living Dead".

Al empezar la película conocemos a Frank (James Karen) y Freddy (Thom Mathews), empleados de una bodega de artículos médicos. Durante una inocente plática, Frank revela a Freddy un extraño secreto... aparentemente los hechos que se mostraron en la película "La Noche de los Muertos Vivientes" están basados en un hecho real. El ejército de los Estados Unidos desarrolló una toxina cuyo efecto era la reanimación de cualquier cadáver. Luego de algunos accidentes, la investigación se detuvo, pero por un error administrativo, ¡uno de los cuerpos reanimados terminó en el mismo depósito donde ahora trabajan Frank y Freddy! Tal cosa no es de extrañar. Después de todo, en ocasiones reciben cadáveres congelados para uso médico y didáctico. De cualquier forma, el siniestro tanque en el que se encuentra el "zombie" resulta irresistible para el dúo de ineptos, y Frank decide mostrárselo a Freddy. Ya en el sótano, Freddy está fascinado por el extraño contenedor, pero tiene miedo de que el zombie escape. Frank lo tranquiliza diciéndole que el tanque es perfectamente sólido y lo golpea para probarlo. Obviamente, el tanque se abre y sumerge a los dos hombres en los viles vapores que de él escapan. Freddy y Frank se retiran apresuradamente, sin darse cuenta de que el gas penetró al sistema de ventilación, con lo que ya se ha esparcido a toda la bodega. Esto ocasiona que todos los cadáveres en el lugar, desde mariposas disecadas hasta un cuerpo anónimo, destinado a una escuela médica, cobren vida, para terror de los dos tipos. Sin saber qué hacer, deciden hablarle al dueño del local, quien sugiere llevar los cuerpos a una casa funeraria vecina para cremarlos. El plan parece funcionar, pero tiene un efecto colateral poco deseable: el humo de la cremación llega a la atmósfera y la lluvia lo hace caer en un cementerio, donde un grupo de jóvenes se divierte vandalizando el lugar. Poco a poco el agua se filtra hasta los ataúdes enterrados, y en cuestión de minutos los cadáveres salen de sus tumbas. Para colmo, están hambrientos.

Así empieza un estado de sitio, con los pocos humanos sobrevivientes atrincherados en la casa funeraria, mientras que las calles se llenan de zombies caníbales cuya preferencia gastronómica es el cerebro de sus víctimas. Entre los humanos que luchan por mantener a los zombies fuera de la funeraria están Frank y Freddy, quienes están sufriendo los efectos del gas que respiraron cuando liberaron al primer muerto. Un somero examen médico, revela que sus problemas de salud son más graves de lo que temían... ¡se han convertido en zombies! Están muertos en vida, y aunque parecen mantener sus personalidades, paulatinamente están cayendo en el estado feral de ciego canibalismo, característico de los muertos vivientes. Así, el reducido número de humanos tiene que preocuparse nó sólo por los zombies de la calle, sino por los que ahora están en el interior de su refugio.

Eventualmente el ejército se entera de la situación; para alivio de todos, está preparado para esa contingencia, y ya cuenta con un plan para detener la invasión de zombies. Pero la solución podría ser peor que el problema mismo...

Las comedias de terror son tan viejas como el cine. Abbott y Costello lucharon contra los clásicos monstruos de los años cincuentas, y antes de eso el fantasma Topper aterraba al servicio doméstico de la mansión que habitaba. Pero lo que Dan O'Bannon consiguió con "The Return of the Living Dead" es algo más que una comedia; éste es el tipo de cine que desafía clasificación, pues aunque utiliza las estructuras y convencionalismos de un género, el resultado emocional pertenece a un tipo distinto de cine. Yo diría que "The Return of the Living Dead" no es una comedia, sino una auténtica película de terror que manifiesta un negrísimo sentido del humor, en virtud del cual el sufrimiento de las víctimas no es razón de angustia, sino de risa. Tal vez se lo merecían. Tal vez los zombies tienen tanta personalidad que sus atrocidades parecen meras travesuras hechas para nuestra diversión. El punto es que por debajo de la risa nerviosa y los deliciosos excesos de violencia y carnicería, O'Bannon está haciendo incisivos comentarios sobre la fácil manipulación de la gente. Las grotescas muertes que vemos en la pantalla nos divierten, en efecto poniéndonos de parte de los monstruos. Nosostros mismos somos los zombies, regodeándonos en la muerte de los estúpidos humanos, patéticos en su exagerada apreciación por la vida y ahogados por sus irracionales emociones.

Pero incluso quien se rehúse a apreciar la ironía de la película, deberá aceptar que "The Return of the Living Dead" es una de las obras clásicas del cine de terror, tan agresiva y entretenida hoy como en su estreno hace casi veinte años. Tal vez no esté a la altura de la trilogía de Romero, pero no es ese su propósito. Se trata de un humilde homenaje al cine de zombies, con el corazón (y el cerebro) expuestos, declarando su amor por este menospreciado género. Esta película es un joya oculta, cuya efectiva manufactura y subversiva actitud merece un lugar privilegiado en la Catacumba de la Fama del Cine Contemporáneo.


Pablo del Moral

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