Dirigida
por Dwight H. Little
Escrita por Hans Bauer, Jim Cash, Jack Epps Jr., John Claflin, Daniel Zelman,
Michael Miner y Edward Neumeier
Editada por Marcus D'Arcy
Elenco:
Johnny Messner .... Bill Johnson
KaDee Strickland .... Sam Rogers
Matthew Marsden .... Dr. Jack Byron
Nicholas Gonzalez .... Dr. Ben Douglas
Eugene Byrd .... Cole Burris
Karl Yune .... Tran
Salli Richardson .... Gail Stern
No me da pena admitir que en 1997 disfruté bastante de la película "Anaconda".
Bueno, un poco de pena.
Después de todo, se trataba de una humilde película "B", con malos efectos especiales, actuaciones hilarantemente serias, y secuencias de acción que amablemente podríamos llamar "exageradas". Pero el entusiasmo de su elenco (Jennifer Lopez, Eric Stoltz, Kari Whurer, Owen Wilson, Ice Cube y el veterano Jon Voight), la innegable energía en la dirección y fotografía, junto con las realistas locaciones sudamericanas, formaban un paquete irresistible para amantes del género del terror que no fueran (fuéramos) particularmente exigentes.
La secuela, sin embargo, no alcanza el nivel de energía que podría haberla hecho "tan mala que es buena". Simplemente resulta mediocre y comete el pecado capital del cine "B": ser aburrida.
La trama sigue a un grupo de científicos que ha descubierto propiedades farmacéuticas extraordinarias en una flor llamada "Orquídea de Sangre", la cual sólo florece durante unas semanas cada siete años en Borneo. Y como ese período está por terminar, deben organizar una apresurada misión de exploración, que los lleva por medio de una barca a lo más profundo de la jungla en busca de la flor. Desafortunadamente, también es temporada de apareamiento para las anacondas (que, por cierto, han alcanzado enormes dimensiones por ingerir la mágica flor), y la expedición es rápidamente diezmada por estos fieros reptiles. Pero, como frecuentemente ocurre, tal vez el peor enemigo de los científicos no sea una serpiente, sino un traidor dentro de su pequeño grupo...
Durante la primera hora de la película yo estaba encantado con los solemnes diálogos, las ridículas actuaciones y los entusiastas efectos especiales. El capitán de la barca en la que viajan los científicos es el epítome del clásico "duro-sensible" (interpretado con gran humor -espero- por Johnny Messner), y resulta a la vez ridículamente cliché y enormemente entretenido. KaDee Strickland es parte del "atractivo visual" de la cinta, y me alegra que la actriz sea tan atractiva, pues su talento histriónico es nulo, comenzando por su irregular acento sureño. Y ¿qué decir de Eugene Byrd como el personaje cómico? Este asustadizo hacker es el personaje más irritante que he visto en mucho tiempo (tal vez cercano a Jar Jar Binks), y no estuve sólo en mi aplauso cuando se lo lleva una anaconda.
Por cierto, dato cultural: las anacondas son nativas del Amazonas (en América del Sur), pero supongo que la flor mágica les ha dado poder de tele-transportarse hasta Borneo (junto a Indonesia, al norte de Australia y al este de Malasia). O tal vez el famoso Sultán de Brunei (país vecino) les pagó el avión.
Pero por mucho que me haya divertido la primera hora de la película, es durante los últimos veinte minutos donde la acción sube de nivel y, paradójicamente, llega el aburrimiento. La razón de esto es que el director y su ejército de guionistas (fueron necesarios siete escritores para crear este épico libreto) pierden el control de la narrativa, reduciéndose a crear escena tras escena de peligro y suspenso, pero de forma incoherente e irrelevante. Casi desde el principio de la película es evidente quiénes serán los sobrevivientes, y por ello no hay realmente suspenso en las mal filmadas y mal coreografiadas secuencias de acción que llegan al final de la cinta. Y para colmo esas escenas se desarrollan en casi total oscuridad (sin duda para disimular los irregulares efectos especiales), por lo que se vuelven aún más confusas e intrascendentes.
"Anaconda
2" pudo ser una mala pero entretenida película si hubiera seguido
los preceptos de su antecesora. Pero al tomarse demasiado en serio, y al aspirar
a un nivel de suspenso y acción que no podía conseguir ha perdido
su oportunidad de formar parte del respetado (al menos por mí) grupo
de películas que no se avergüenzan de su mediocridad, sino que
la abrazan y se regodean en ella hasta lograr compensar con energía
y entusiasmo sus fallas narrativas y estilísticas. Para fetichistas
de las serpientes, recomendaría en vez de "Anaconda 2" alguna
de las múltiples películas hechas para video con tema similar
(demasiado similar), como "Boa", "Python" o la apoteosis
herpetológica de "Boa Vs. Python". No estoy bromeando.
Calificación: 6 (el simpático mono capuchino agrega un punto)