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Como frecuentemente he escrito, las mejores muestras actuales de cine de terror se encuentran en el mundo del cine independiente, donde la libertad creativa permite innovaciones estilísticas que, al combinarse con temas tradicionales, resultan en una nueva estética, que no sólo respeta los preceptos del género, sino que avanza y valida su uso como narrativa formal. Con esto quiero decir que espero que eventualmente el horror fílmico deje de ser el "patito feo" de la cinematografía, apenas un poco por encima de la pornografía, y que regrese a ser una fuente de ideas y emociones intensas, donde se pueden examinar realidades humanas bajo el subversivo disfraz de sangre, suspenso y monstruos.
Una de las obras más recientes que contribuyen a que este sueño se logre es "Cabin Fever", que nos ofrece una mezcla de elementos tradicionales y sensibilidad moderna, manteniéndose en el punto exacto entre parodia y homenaje de las cintas de terror de los ochentas.
La trama sigue a cinco jóvenes recién egresados de la universidad. Para celebrar su nueva libertad, rentan una cabaña en el bosque, para pasar una semana de fiesta, sexo y diversión general. Pero un encuentro con un ermitaño los pone en contacto con una exótica bacteria carnívora que prácticamente descompone el cuerpo de quien infecta. Así comienza no sólo una sanguinolenta epidemia, sino una profusión de sospechas y desconfianza, donde el principal obstáculo para la supervivencia de los jóvenes podría no ser la bacteria misma, sino el egoísmo y paranoia de las demás personas.
La influencia de cintas como "Evil Dead", "The Thing" y "Rabid" es evidente, pero el director y co-guionista Eli Roth ha sabido imprimir cierta originalidad, si no en la trama, al menos en la ejecución de la obra. Y si bien los personajes son indudablemente clichés, la dinámica de su relación a lo largo de la obra presenta reveladoras sutilezas sobre la sociedad actual en los Estados Unidos.
Pero antes de que parezca que "Cabin Fever" es una disertación filosófica, debo aclarar que su intención principal es aportar el horror y nausea que comúnmente brillan por su ausencia en el moderno cine de terror... y cumple muy bien con ese humilde propósito. El estudio de efectos especiales KNB muestra una vez más cómo el látex y la sangre artificial siguen teniendo relevancia, aún en estos tiempos de omnipresentes efectos digitales. Nada como un "jugoso" cadáver para recordar que la presencia física y torcida estética de la obra de estos maestros artesanos nunca será igualada por los magos de la computadora.
"Cabin Fever", en resumen, es un divertido pastiche de elementos
cuyo obvio origen será más apreciado por los aficionados al
cine de terror. Para el resto del público la cinta podría ser
demasiado intensa, pero quien esté cansado del blando "horror
McDonalds" sin duda agradecerá una película que, sin avergonzarse,
muestra su venerable origen e indica el posible camino futuro de este menospreciado
género. El más apropiado modo de estimular la mejoría
del cine es apoyar obras dignas (como esta) con nuestra presencia... y nuestro
dinero. Mientras no nos pidan nuestra sangre...
Calificación: 8
Imagen © 2002 Black Sky Ent.
Dirigida por Eli Roth
Escrita por Eli Roth y Randy Pearlstein
Editada por Ryan Folsey}
Elenco:
Rider Strong .... Paul
Jordan Ladd .... Karen
Joey Kern .... Jeff
Cerina Vincent .... Marcy
James DeBello .... Bert
Arie Verveen .... El Ermitaño
Giuseppe Andrews .... Winston
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