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Cars
(
Cars)
Pixar Animation Studios, 2006
Estados Unidos, 116 minutos

Dirigida por John Lasseter y Joe Ranft
Escrita por Robert L. Baird, Dan Fogelman, Dan Gerson, Bonnie Hunt, Jorgen Klubien, Don Lake, John Lasseter, Phil Lorin, Kiel Murray, Steve Purcell y Joe Ranft
Editada por Ken Schretzmann

Elenco (voces):
Owen Wilson .... Lightning McQueen
Paul Newman .... Doc Hudson
Bonnie Hunt .... Sally Carrera
Larry The Cable Guy .... Mater
Tony Shalhoub .... Luigi
Guido Quaroni .... Guido
Jenifer Lewis .... Flo

Imagen © 2006 Pixar Animation Studios

Hace tiempo, cuando escribí sobre "Los Increíbles", comenté que me gustaría ver al estudio Pixar produciendo películas más adultas. Desde luego sus cintas familiares atraen por igual a niños y adultos gracias a su buen balance de humor, personajes y emociones universales... pero siento que con "Los Increíbles" el estudio dio un paso adelante, dejando atrás los argumentos eminentemente infantiles para abordar ciertas dinámicas más maduras. Ahora "Cars" continúa esa tendencia, y aunque tiene logros significativos en sus temas y narrativa (por no mencionar la espectacular animación), falla un poco en su ritmo y desarrollo.

No por eso la cinta resulta mala... lejos de ello, es bastante entretenida, y si bien la comedia no es tan constante y acertada como en otras películas de Pixar, ciertamente hay algunos brillantes momentos de humor ("Freebird!") que provocan genuina hilaridad. Sin embargo, a lo largo de sus casi dos horas me encontré frecuentemente bostezando y mirando el reloj.

El entorno de la historia es un mundo que en muchas cosas emula al nuestro, pero donde los habitantes son vehículos "vivientes" de toda índole. El protagonista es Relámpago McQueen (voz de Owen Wilson), un novato, pero talentoso auto de carreras, que está por lograr su mayor victoria: la preciada Copa Pistón, la cual no sólo representa gloria personal, sino un jugoso contrato como portavoz de una importante empresa petrolera.

Por ciertas circunstancias, el arrogante Relámpago tiene que viajar a California para participar en la carrera decisiva, pero un contratiempo en el trayecto lo deja varado en Radiator Springs, un polvoriento pueblo perdido entre la majestuosidad del Valle de los Ornamentos, en el agreste pero pintoresco desierto. Ahí conoce a un grupo de coches que le darán valiosas lecciones de vida... y que a su vez también aprenderán algo del inquieto McQueen.

Sobra decirlo, pero la presentación visual y animación de "Cars" es asombrosa. Y no sólo me refiero a los foto-realistas escenarios, sino al comportamiento de los personajes. No quiero ni pensar el trabajo que habrá costado llegar al diseño que logró dar expresividad y emoción a los mecánicos personajes. Suena extraño, pero de algún modo funciona perfectamente bien ver automóviles con expresión facial, reacciones "humanas" y actitudes propias pero reconocibles. Y aunque tales personajes caen en los esperados clichés (interés romántico, figura paterna, "comic relief", etc.), tienen suficiente vida propia para llegar más lejos de lo que su magra función requiere.

Además del diseño y animación, las voces son fundamentales para establecer tales personalidades. Owen Wilson es perfecto en el papel principal, y recibe sólido apoyo de hábiles comediantes como Tony Shalhoub, Cheech Marin y Larry the Cable Guy (nombre real: Daniel Lawrence Whitney), por no mencionar venerables estrellas como Paul Newman (en el papel del alcalde del pueblo) y Michael Keaton (interpretando al principal rival del protagonista). Incluso participan varias voces de famosos del automovilismo, como Richard Petty, Dale Earnhardt Jr. y el legendario Michael Schumacher.

Con todo eso a favor, "Cars" no logra ser una experiencia totalmente satisfactoria. Para empezar, los clásicos mensajes de moralidad y decencia se sienten un poco forzados, como si los cineastas se sintieran obligados a incorporarlos para cumplir con las expectativas de su público. Pero el problema más grave es el lento ritmo de la película, particularmente en su parte media. Entiendo que el celo narrativo de John Lasseter y su ejército de guionistas los impulse a mostrar con lujo de detalle la paulatina evolución del protagonista. Este arco dramático es necesario, creíble y en ocasiones conmovedor... pero es demasiado largo. Creo que con una juiciosa edición se podrían haber omitido (o acortado) escenas que no contribuyen mucho a la historia y que consumen demasiado tiempo. Algunas sólo sirven para establecer un hecho o situación, que eventualmente tendrá relevancia... pero no mucha. Por ejemplo (espero no revelar demasiado), hay una larga escena nocturna donde McQueen y su amigo Mater se divierten traviesamente volteando tractores en el campo. Más adelante, veremos que McQueen logra evitar un desastre usando un truco que aprendió aquella noche. Cierto, hay una buena relación causal entre ambas escenas... pero, francamente, no son muy relevantes para la trama completa. Se antoja posible que Lasseter tuvo tantas buenas ideas para la película que, en su posición de director y genio creativo, no tuvo valor para eliminarlas en aras del ritmo de la cinta. Hay muchas escenas como las que mencioné: ingeniosas y simpáticas por sí mismas, pero redundantes e innecesarias desde el punto de vista de la trama global.

Sin embargo, una "mediana" película de Pixar es aún superior a casi cualquier otra cinta familiar, por lo que puedo recomendarla con moderado entusiasmo y con la discreta advertencia de que su irregular ritmo podría hacerla un poco cansada para niños (o gente inmadura, como yo). Para aficionados a la animación es casi obligatorio verla, tan sólo por las increíbles imágenes que ofrece, y ciertamente será disfrutada por los aficionados al automovilismo gracias a las múltiples referencias y guiños y que se hacen a ese deporte. Confío en que este leve tropiezo sea una inevitable pero benéfica consecuencia de la transición que quizás lleve a Pixar a cimas aún más elevadas: un tono más maduro, pero sin abandonar la frescura de su humor y la sinceridad de sus historias.

Calificación: 8

Pablo del Moral

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