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Pocos directores son tan eclécticos y versátiles como el británico Michael Winterbottom. Y si bien esa característica lo hace impredecible e interesante, también le impide crear un estilo temático que facilite la interpretación de sus obras. Por eso "Código 46" es un poco obtusa en su intención, pero ciertamente notable por su inteligencia y por su pulida ejecución.

La trama se desarrolla en un futuro donde la población privilegiada vive en enormes ciudades, y el resto de la gente vive en el desértico "exterior", aparentemente caótico y con pocas leyes. En Shanghai, una de las ciudades más avanzadas y prósperas, encontramos a William (Tim Robbins), cuya afinada intuición (auxiliada por un "virus empático") le permitirá investigar un caso de falsificación de "papeles" (pasaportes para poder entrar o salir de la ciudad). La culpable resulta ser María (Samantha Morton) pero, en un irracional impulso, William encubre el crimen y deja en libertad a la joven, con la que inicia un romance prohibido, no sólo por el asunto de la falsificación, sino porque el ADN de ambos es incompatible, y una relación así está penada por las estrictas leyes eugénicas. Por ello, su relación parece condenada al fracaso, y la pareja tendrá que luchar contra el totalitario gobierno para tratar de alcanzar la felicidad.

Antes que nada, hay que elogiar el trabajo de los actores protagónicos. Aunque el eje narrativo de la película sea un "romance prohibido", ni las circunstancias ni los personajes son convencionales, y tanto Tim Robbins como Samantha Morton logran crear interpretaciones honestas y precisas, a pesar de que ambos tienen que lidiar con escenas profundamente extrañas, en las que consiguen igual realismo que en los aspectos más "normales" de su relación.

El tono futurista de la película está bien llevado, sin necesidad de grandes efectos especiales o distractores visuales. Empleando impresionantes locaciones y una cinematografía muy expresiva, Winterbottom consigue un ambiente etéreo, donde coexisten bajo una misma estética las estériles ciudades y los polvorientos pueblos que las rodean. Igualmente sutil es el establecimiento de las costumbres y cultura del mundo. Sin perder tiempo en explicarnos los detalles, el director nos sumerge en la trama, confiando en que el público sacará sus propias conclusiones y "llenará los huecos" para entender el rompecabezas de esta cultura futurista. Tan sólo por esa razón me ha agradado esta película... estoy cansado de cintas de ciencia ficción que consideran que su público es idiota, y necesitan de explicar todo hasta el cansancio (¿alguien dijo "Minority Report"?).

Sin embargo, lo que no es tan claro es la intención de la película. No quiero revelar mucho sobre el final, pero la conclusión puede interpretarse como pesimista, ya que las leyes y tecnología amenazan con prevalecer sobre las honestas emociones y sentimientos de los personajes. Pero por otro lado, no se puede ignorar el optimismo de una sociedad controlada para beneficio de sus habitantes, que pone más importancia en el bien común que en los caprichos sentimentales de algunos individuos.

Como se puede ver, "Código 46" está entre las muy contadas obras del cine fantástico que explotan a fondo las herramientas intrínsecas del género, especulando sobre el futuro de la humanidad y contrastándolo con nuestras actuales costumbres y motivaciones. Las más maduras obras literarias de ciencia ficción comparten esta actitud, pero verla en cine es una ocurrencia ciertamente rara y por lo tanto, apreciada.

Pero no por ello la cinta es perfecta; el elenco de soporte, aunque muy bien caracterizado, queda un poco relegado. Y siendo un mundo tan rico y diferente, me hubiera gustado profundizar un poco en la cultura e historia que produjo esa versión de nuestro planeta (si es que de nuestro planeta se trata). Adicionalmente, la historia pierde impulso y se vuelve un poco aburrida cerca de la mitad. Afortunadamente, la extraña conclusión renueve el interés y termina la cinta en una nota ambigua e inesperada, por lo que los tropiezos ocasionales pierden importancia, y no evitan que la experiencia total sea satisfactoria y estimulante.

Mucha gente escucha "ciencia ficción" y piensa inmediatamente en veloces naves espaciales, explosiones y grotescos alienígenas; pero el corazón de tal género está en la exploración de la naturaleza humana y su relación con el universo. El director Michael Winterbottom y su guionista Frank Cottrell Boyce entienden esto, y así se unen al reducido, pero honroso número de cineastas cuyas obras trascienden el género fantástico para entregarnos obras intelectualmente estimulantes (como "Gattaca", "Blade Runner" y "Avalon", por mencionar unas cuantas) que mantienen viva una faceta de la ciencia ficción que no será muy popular, pero que ofrece bondades que las explosiones y rayos láser no pueden ni imaginar.

Calificación: 9

Pablo

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Código 46
(Code 46)


Imagen © 2003 Revolution Films

Revolution Films, 2003
92 minutos

Dirigida por Michael Winterbottom
Escrita por Frank Cottrell Boyce
Editada por Peter Christelis

Elenco:
Tim Robbins .... William
Samantha Morton .... Maria
Om Puri .... Backland
Jeanne Balibar .... Sylvie
Bruno Lastra .... Bikku
Nina Fogg .... Wole

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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