El Núcleo, por Pablo

Nunca me he preciado de tener buen gusto (¡bonita hora de decirlo!), pero no es algo que me preocupe mucho, pues de otro modo no sería capaz de disfrutar los ocultos placeres de las Películas Tan Malas Que Son Buenas. Así, con mayúscula.

Una Película Tan Mala Que Es Buena puede carecer de muchas cosas, como coherencia, valores de producción, trama, buenas actuaciones y decenas más de factores... pero nunca podrá prescindir de esa inefable energía... ese entusiasmo que contagia al selecto público que lo sabe reconocer, y que clama a voces: "Te estás divirtiendo, ¿no?"

"El Núcleo" es una de esas películas, cuya excelsa estupidez, ridícula historia, irregulares actuaciones y plana dirección conspiran de algún misterioso modo para crear algo nuevo, de ninguna manera bueno, pero enormemente entretenido... si se está en el humor adecuado.

La película narra las peripecias (no hay otra palabra para describirlas) de un grupo de científicos que tratan de llegar al centro de la Tierra para detonar varias bombas nucleares, con el fin de re-iniciar el núcleo, cuya rotación se ha detenido. Y como dicha rotación genera el campo electromagnético que protege a la tierra de radiaciones espaciales... bueno, basta decir que el fin del mundo se aproxima.

Aunque soy gran aficionado a la ciencia ficción, sé de antemano que nunca se verá en cine un grado de plausibilidad científica similar al de novelas del mismo género. Es un hecho de la vida y conviene ignorarlo. Pero pocas veces lo he visto llevado a tal extremo como en "El Núcleo".

Veamos algunas de las joyas que la película nos dispensa, con enternecedora seriedad:

Es posible transmitir señales de radio a través de miles de millas de roca sólida.
El Coliseo Romano está construido con dinamita.
Las palomas necesitan usar su complejo sistema de navegación para pizcar el pan que los turistas les arrojan en la Plaza de Trafalgar.
El velour es el material más resistente del planeta.
Un nerd con una computadora bastan para monitorear el Internet completo.
Ocasionalmente el gobierno y la milicia norteamericanos hacen planes secretos que no funcionan y tienen consecuencias desastrosas.

Bueno... olvidemos ese último.

El caso es que "El Núcleo" llega a tales abismos del absurdo que sin pretenderlo se convierte en una versátil comedia, logrando un mejor balance entre humor, acción y drama que muchas otras películas, mucho más pretenciosas pero menos divertidas.

Obviamente los actores saben lo que hacen. Ninguno se esfuerza en particular, y no los culpo, porque con diálogos como "Chicos, vengan a ver esto. No parece bueno", cualquiera se desanima. La única que mantiene una fachada de profesionalismo es Hilary Swank, quien es tan buena actriz que incluso con material tan pobre éste, consigue credibilidad y buena presencia.

Los efectos especiales van de buenos a horribles, y una mirada a los créditos revela que casi media docena de estudios contribuyeron a su creación, lo que tal vez explica las notorias variaciones de calidad. Pero cuando funcionan, funcionan muy bien.

En resumen, "El Núcleo" es una película moderna que trata de adoptar la sensibilidad (y realismo) de una cinta de ciencia ficción hecha en los cincuentas. No es tan buena como "Eight Legged Freaks" (que el año pasado hizo lo mismo con arañas gigantes), pero definitivamente logrará que el espectador calificado disfrute un buen rato de comedia no intencional, efectos especiales y suficiente jerigonza cuasi-científica como para atragantar al más ferviente fanático de Star Trek. Un gran porcentaje del público la considerará un insoportable churro, pero los pocos que sepamos apreciarla reiremos silenciosamente sobre nuestras palomitas de maíz, con un dejo de lástima por las cerradas mentes que no saben apreciar la escoria del arte cinematográfico. No saben lo que se pierden.

Calificación: 6

Pablo

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El Núcleo (The Core)

El Núcleo
(The Core)