El Día Después de Mañana, por Pablo

Nunca he entendido la frase "la excepción que confirma la regla"... mejor dicho, entiendo lo que expresa, pero no encuentro sentido común en ella, y me parece que se trata simplemente de una fácil racionalización que se invoca cuando las cosas no ocurren como uno esperaba.

Sin embargo, tengo que utilizarla ahora, porque no puedo pensar en otra explicación.

En muchas ocasiones he escrito en este sitio acerca de mi disgusto con las películas que pretenden utilizar espectáculo visual para distraernos de un torpe guión, o de personajes planos y poco interesantes. Los ejemplos son numerosos, y van desde humildes esfuerzos (como "Wing Commander") hasta chascos titánicos (como la reciente "Van Helsing”). Sin embargo, en mi opinión, la excepción que confirma esta regla es "El Día Después de Mañana": a pesar de su torpe argumento, sus personajes planos y su poco sutil mensaje político, esta película me mantuvo enormemente entretenido simplemente por las impresionantes imágenes que muestra, y el hábil modo como las presenta.

Pero empecemos por el principio... la cinta gira en torno a una catástrofe climatológica en la que, paradójicamente, el calentamiento global produce un efecto inverso que lleva a la Tierra a una nueva Edad Glacial. Esta tragedia es pronosticada por Jack Hall (Dennis Quaid), un sagaz "paleo-meteorólogo" que estudia la evolución del clima a lo largo de la historia del planeta. Desde luego nadie le cree, y el gobierno de los Estados Unidos ignora los primeros signos de que algo está seriamente mal con el clima. Claro, para cuando quieren resolver el problema, es demasiado tarde. Y ¿qué hace entonces el científico? Ir en busca de su hijo Sam (Jack Gyllenhaal), que se encuentra en la ciudad de Nueva York, naturalmente. Así, presenciamos simultáneamente los esfuerzos de Sam y sus amigos por permanecer vivos en medio de la peor nevada de la historia, y de Jack luchando contra los elementos en su desesperada carrera rumbo a la otrora gran ciudad. ¿Logrará rescatar a su hijo?

Al igual que en las previas películas de Roland Emmerich ("Stargate" e "Independence Day", por ejemplo), los elementos fantásticos se respaldan con un drama personal, que pretende darnos un centro emocional para que logremos "humanizar" la devastación. Pero cuando dicho centro emocional es tan ridículamente predecible como el de "El Día Después de Mañana" (el clásico padre, arrepentido de dedicar más tiempo a su carrera que a su familia, trata de compensar sus años de abandono reconciliándose con su hijo por medio de un acto heroico) usualmente la película se desmorona. Sin embargo, el despliegue de magia técnica (digital y práctica) con el que se plasman las increíbles imágenes de destrucción y catástrofe es sencillamente arrollador, y no pude evitar el dejarme llevar por el espectáculo, a pesar de que no tenía interés alguno en los personajes y sus tragedias.

Y hablando de personajes, al menos los actores que el director enlistó son bastante buenos. Dennis Quaid es uno de los mejores (y más subestimados) intérpretes en la actualidad, y espero que en su edad madura sea redescubierto como un brillante actor de carácter, tal como lo es Ian Holm, quien logra agregar gran dignidad y credibilidad a la cinta en su corto, pero sustancioso papel de un meteorólogo británico que reconoce la verdad en las teorías del protagonista, pero que carece de los medios para hacer algo al respecto. Por su parte, Jake Gyllenhaal es un excelente actor joven, pero en "El Día Después de Mañana" no tiene gran oportunidad de destacar, por lo que simplemente se limita a seguir la exótica premisa de la cinta y a ahuyentar lobos (así es... lobos). Los papeles femeninos no son mejores; la guapa Sela Ward interpreta a la doctora esposa del paleo-meteorólogo, y sus escenas en un hospital son tan cursis que causan risa. Emmy Rossum, como el interés romántico de Sam, no es más que una damisela en peligro, pero al menos agrega una cara bonita para distraer al público masculino entre épicas escenas de desastre.

No me enorgullece decirlo, pero a pesar de todas estas quejas, disfruté mucho de "El Día Después de Mañana". Sus impresionantes efectos especiales mantienen un perfecto equilibrio en la línea que divide realismo científico y ridícula exageración, y (con la excepción de unos lobos digitales poco convincentes) son de lo mejor que he visto este año en el cine. No puedo elogiar la trama o las actuaciones, que no son necesariamente malas, sino simplemente funcionales. Pero pocas veces se puede ver tal derroche de técnica y estética visual, por lo que puedo recomendarla para quienes busquen fácil distracción, donde la muerte de millones de personas sea secundaria frente a los conflictos emocionales de los protagonistas. Después de todo, para eso está Hollywood.

Calificación: 8

Pablo

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