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Hace un par de años el director Steven Shainberg me sorprendió (y a muchos otros aficionados al cine) con la cinta "Secretary", un inusual drama romántico que recorría un camino muy distinto al de las cansadas películas de similar tema que tratan de conmovernos con clichés y añejas fórmulas. Por el contrario, "Secretary" parecía comprender y dar validez a formas de expresión romántica usualmente menospreciadas y hasta vilificadas como fetiches.

Ahora, con "Retrato de Una Pasión", Shainberg intenta hacer algo similar, mostrando una relación romántica audaz, pero atrapada en una atmósfera convencional y represiva. Y, de paso, inventando una ficticia biografía de la famosa fotógrafa norteamericana Diane Arbus.

Al principio de la película (y al final, por si estábamos distraídos) se nos advierte vehementemente que no veremos una biografía "real" de Diane Arbus, sino una historia imaginaria que aspira a retratar metafóricamente su viaje espiritual, de dócil esposa a artista de vanguardia. De hecho, en vista de la película previa del director Steven Shainberg, me atrevería a decir que la cinta refleja más su visión del mundo que la de la auténtica Diane Arbus. Y no me estoy burlando.

Al principio de "Retrato de Una Pasión" encontramos a Diane Arbus (Nicole Kidman) trabajando como asistente de su esposo Allan (Ty Burrell), fotógrafo de anuncios publicitarios que anima a su esposa a tomar fotos por su cuenta, como inofensiva expresión artística. Pero un día, Diane conoce a su nuevo vecino, Lionel Sweeney (Robert Downey Jr.), quien usa una variedad de máscaras para ocultar su rostro, e inexplicablemente la mujer se obsesiona por retratar al enigmático personaje.

Así comienza un extraño romance que no gira necesariamente en torno al sexo o al amor, sino al instantáneo lazo de entendimiento que se crea entre personas superficialmente distintas, pero internamente similares.

Es hasta cierto punto obvio que el director tomó elementos de la clásica película "La Bella y la Bestia" (la versión de 1946, dirigida por Jean Cocteau; por favor no la confundan con el bodrio de Disney) para dar vida a su visión imaginaria de Diane Arbus. Pero hay una diferencia fundamental que ayudará a asimilar y comprender mejor "Retrato de Una Pasión": en "La Bella y la Bestia", Belle se enamora del monstruo a pesar de sus deformaciones físicas; en "Retrato de Una Pasión", Diane se enamora de Lionel DEBIDO a su inusual condición física.

Entonces, esta no es una película que muestra cómo el amor vence todas las barreras... eso apoyaría la visión convencional del amor entre personas iguales y atractivas, y dudo que interese a Shainberg. "Retrato de Una Pasión" es una celebración de la estética alternativa, que aprecia lo que otros desprecian y es atraída por lo que otros rehuyen.

Ya era hora.

Shainberg merece aplauso por filmar una versión tan subversiva de una pareja dispareja, e igual crédito merece su valeroso elenco. Hay buenas actrices, como Meryl Streep, que pueden abordar cualquier papel y enfrentar con gran realismo sus expresiones y diálogos. Pero hay actrices superiores, que pueden hacer lo mismo sin necesidad de diálogos. Creo que Nicole Kidman es una de esas raras intérpretes, y aunque su vida privada en muchas ocasiones opaca su trabajo histriónico, conviene recordar con películas como "Retrato de Una Pasión" y "Birth" que su talento va mucho más allá de ser portavoz de perfumes o ex-esposa de un famoso actor.

Robert Downey Jr. está en una situación similar, más famoso por sus deslices farmacéuticos que por su asombroso trabajo como actor, pero igualmente logra un excelente desempeño en esta película, añadiendo su consabido socarrón sentido del humor a una historia que lo requiere para balancear las exóticas (y a veces accidentalmente graciosas) imágenes que nos presenta. Estas no son actuaciones que ganan Óscares... pero sí son actuaciones que se quedan en la memoria mucho tiempo después de salir del cine. Igual que la extraordinaria música de Carter Burwell.

Entonces, imagino que "Retrato de Una Pasión" será más apreciada por quienes compartan similares gustos por lo extraño y lo inusual, pues será más fácil así comprender las situaciones que forjan la relación entre los personajes que retrata. No es una biografía; no es un tradicional romance; pero definitivamente es una buena película que reta a su audiencia y celebra lo que muchos rechazan. Aunque no sea perfecta por los tropiezos de su guión y por su irregular tono, merece una entusiasta recomendación, y crea optimistas expectativas sobre el trabajo futuro de este prometedor director.

Calificación: 8

Pablo del Moral