Dirigida
y escrita por Zach Braff
Editada por Myron Kerstein
Elenco:
Zach Braff .... Andrew Largeman
Natalie Portman .... Sam
Peter Sarsgaard .... Mark
Ian Holm .... Gideon Largeman
Ron Leibman .... Dr. Cohen
Se podría pensar que uno de los principales problemas a los que se enfrenta el cine de autor es el financiamiento, o la búsqueda de distribuidores, o la difusión de la obra misma.
Ciertamente esos son grandes problemas que deben resolver los cineastas independientes, pero hay uno más fundamental y grave: la falta de originalidad.
Entiendo perfectamente que, cuando se cuenta con recursos muy limitados, el cineasta debe reducir su ambición, y tratar de contar una historia que no requiera gran inversión monetaria o complicaciones técnicas. Pero eso nos ha dado decenas de películas que tratan básicamente de lo mismo: gente sencilla en un pueblo pequeño, enfrentando conflictos humanos y tratando de superar sus limitaciones.
Después de un tiempo, se vuelve aburrido.
Sin embargo, cuando hay auténtico talento detrás de las cámaras, incluso esta trillada estructura encuentra nueva relevancia y vigor. Y como ejemplo inmediato tenemos "Tiempo de Volver", una de esas raras obras que emplea un argumento muy común en forma fresca e interesante.
"Tiempo de Volver" se centra en Andrew Largeman (Zach Braff), un joven actor que lucha por encontrar el éxito en Hollywood, hasta que un día recibe un trágico mensaje de su padre, que le pide volver a su pequeño pueblo natal, en el estado de Nueva Jersey. Andrew regresa, y el contacto con sus antiguos amigos y familiares empiezan a ejercer un cambio positivo en el apático joven, especialmente cuando conoce a Sam (Natalie Portman), una extrovertida joven que podría ayudar a Andrew a salir del sopor en el que ha estado toda su vida. Pero el joven tiene algunos secretos que harán muy difícil su "renacimiento" emocional.
Como se ve, la historia es muy simple... un adulto joven que no ha encontrado satisfacción siguiendo sus sueños, pero que al re-descubrir sus raíces se da cuenta de que la felicidad está más cerca de lo que él imaginaba. La historia prácticamente se escribe sola. Afortunadamente, el director, actor y guionista Zach Braff ha sabido agregar a la película un muy interesante tono que combina diestramente humor, drama y melancolía, dando como resultado una película no muy original en su fondo, pero bastante atractiva en su forma.
Gran parte de este atractivo está en el elenco de excelentes actores jóvenes. Natalie Portman tiene el papel más difícil y complejo, pues aunque encarna a una joven alegre y extrovertida, debe sugerir también que esa alegría podría ser una máscara que oculta una gran tristeza interna. Peter Sarsgaard, en el papel de un antiguo amigo del protagonista, tiene que balancearse entre apatía, amoralidad y afecto por su viejo amigo. Por su parte, Braff mismo se ha dado el papel principal, y lo realiza con esmero y atención al detalle. Parecería fácil interpretar a alguien sin emociones, pero es difícil lograrlo sin perder expresividad, y Braff lo consigue con bastante éxito.
Tengo que hacer mención también de la notable banda sonora. Ciertamente está compuesta por canciones de grupos "alternativos", pero esta vez no funcionan sólo como herramienta mercadotécnica para atraer a la juventud, sino que se acoplan perfectamente al tono de la cinta, y realmente aportan atmósfera y emoción a las escenas que acompañan. Y lo mismo puede decirse de la cinematografía, simple, pero muy eficiente y funcional.
Si algún defecto tiene la película es el mismo que sufren muchas óperas primas: pretensión. En más de una ocasión la película parece regodearse en su ingenio y profundidad, a pesar de que no siempre presenta estas características. Y algunas actitudes de sus personajes son un poco forzadas, perdiendo el delicado balance entre humor sutil y burda payasada. No obstante, el resto de la cinta es suficientemente bueno como para disculpar estos tropiezos inherentes a un director novato.
Algunas personas
reconocerán a Zach Braff como el locuaz protagonista de la comedia
televisiva "Scrubs", pero su desempeño como director y guionista
en "Tiempo de Volver" muestra una nueva faceta de este intérprete
y, sin estar exenta de fallas, su primera película muestra potencial
para entregar futuras obras que, espero, serán más innovadoras
y menos pretenciosas. Pero puedo recomendar "Tiempo de Volver" para
quien quiera ver una buena muestra de cine independiente en el que las ideas
superan el trillado argumento. Tal vez Zach Braff no sea el siguiente Kevin
Smith o Richard Linklater, pero quizás tiene el potencial de serlo...
el tiempo lo dirá.
Calificación: 8.5