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Hace casi veinte años el escritor Thomas Harris dió origen al que sería uno de los personajes más memorables del cine de suspenso contemporáneo: el doctor, caníbal y asesino serial Hannibal Lecter. La primera vez que este personaje se llevó al cine, con la adaptación del libro "Red Dragon" para la película "Manhunter" de Michael Mann, ya se percibía que el Dr. Lecter era el eje en torno al cual giraba la cinta, aunque su participación fuera realmente minúscula. Para "El Silencio de los Inocentes", encarnado por un actor diferente (esta vez Anthony Hopkins), su fama se consolidó como una figura tan popular como Jason, de Viernes 13 o Freddy Kruger, pero con más clase, y mucho más atemorizante, pues no se trataba de un personaje fantástico, sino de una persona de carne y hueso, que concebiblemente nos podría estar esperando a la vuelta de la esquina.

La combinación en Lecter de intelecto y cortesía contrastados con una mente sanguinaria e implacable hicieron que "El SIlencio de los Inocentes" fuera un éxito de taquilla y con la crítica, ganando los cotizadísimos premios de la academia por Película, Dirección, Actor y Actriz principal y Guión del Año (aunque hay quien dice -yo- que eso fue sólo porque la Academia no tuvo el valor de dar esos honores a "JFK", con su alternativa visión de la historia americana).

Eso creó sin duda expectativas enormes para la secuela, que el escritor Harris se apresuró a escribir, sin duda presionado por la ambición de los ejecutivos de Hollywood. Para sorpresa de todos, cuando Harris terminó el libro resultó ser tan gráfico y extremo que pasó media década antes de que un carísimo equipo de escritores pudiera entregar un guión que complaciera a Universal Pictures. De hecho, tanto tardó, que Jodie Foster se retiró del proyecto. O esa dice que fué la razón.

Finalmente el resultado es satisfactorio, pero lejano de rebasar la obra previa. En "Hannibal" se presenta la cacería del infame Dr. Lecter, con tres personajes en busca de su paradero. Cada personaje tiene un motivo distinto para buscarlo: La agente del FBI Clarice Starling busca hacer cumplir la justicia y tal vez mejorar su reputación luego de un desastrozo operativo que la volvió chivo expiatorio ante la autoridad y los medios de comunicación; Mason Verger, única víctima sobreviviente de Lecter busca venganza por la terrible mutilación de que fue objeto, para lo que se vale de sus tremendos recursos económicos y contactos en todo el mundo; finalmente, el tercer cazador es Piazzi, un policía italiano cuyo motivo es la ambición... una recompensa de tres millones de dólares por la captura de Lecter lo hacen poner en la balanza su vida y la de su guapa esposa.

Y así se desarrolla la mayor parte de la película, con Lecter como un observador casi pasivo de la cacería, y con los cazadores colaborando u obstruyendo los esfuerzos de los demás, según convenga a sus personales motivaciones. Creo que en eso radica la principal falla de la película; al fragmentar en tres la persecución no se logra el mismo grado de tensión que en aquella íntima relación entre Starling y Lecter. Como siempre, al tratar de comprimir la trama de un libro en escasas dos horas, las situaciones se vuelven apresuradas y con frecuencia se cambia el énfasis de lo psicológico a lo visceral.

No es sino hasta el tercer acto, cuando al fin la cinta encuentra el foco preciso de la cacería y el guión se desemboca en un alucinante desenlace que sin duda dividirá al público de "Hannibal". Por un lado, el nivel de violencia y grotesquería molestará a varios. Ciertamente parece exagerado a primera vista... pero por otro lado... ¿qué otra cosa podemos esperar de Lecter?. Es aquí cuando se justifica plenamente su reputación, y el grado de amenaza que representa. Dicha conclusión puede parecer algo gratuita, pero yo siento que es la culminación apropiada, con tanto impacto visceral como intelectual, proporcionando de golpe la satisfacción que el desmadejado guión no consiguió en el proceso.

Aunque no me haya gustado mucho la división de la historia en tantos personajes, al menos recompensan con actuaciones de primera línea: Julianne Moore como reemplazo de Jodie Foster en el papel de Clarice Starling es excelente, aunque no puedo negar que si Foster hubiera accedido a interpretar su parte la cinta hubiera tenido mucho mayor impacto. No porque Moore sea deficiente, sino por la carga emocional que se generó en la primera película. Pero tal vez es injusto decir esto. Moore siempre sobresale en las cintas donde actúa y esta no es la excepción. Giancarlo Giannini como el detective Piazzi también entrega una genial y sutil actuación como el policía que poco a poco se ve devorado por la mística de Lecter, y por el deseo de la jugosa recompensa. El torcido millonario Mason Verger es interpretado por un irreconocible Gary Oldman, quien a base de vocalizaciones y gestos logra tan buena caracterización que es fácil olvidar que está actuando bajo kilos de maquillaje prostético. Finalmente Anthony Hopkins... aunque siempre es convincente, creo que en esta ocasión exagera en la interpretación del mismo Hannibal. Aunque así resulta más lucidor como actor, no es tan creíble o intenso como en "El Silencio de los Inocentes".

Pero finalmente, "Hannibal" es una puntillosa cinta de suspenso, hermosamente fotografiada (sin duda gracias al tan visual director, Ridley Scott), que si bien pierde un poco el camino durante la primera mitad, logra llegar a una contundente conclusión. Bastante recomendable para recobrar la fe en el género de suspenso o terror, según se quiera clasificar.

Calificación: 8

Pablo

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Hannibal
(Hannibal)

Imagen © 2001 Universal Pictures

Universal Pictures
2001
131 minutos

Dirigida por Ridley Scott
Escrita por David Mamet y Steve Zaillian, basados en la novela de Thomas Harris

Elenco:
Anthony Hopkins .... Hannibal Lecter
Julianne Moore .... Clarice Starling
Ray Liotta .... Paul Krendler
Giancarlo Giannini .... Pazzi
Francesca Neri .... Allegra Pazzi