Tierra de Sueños, por Pablo

Debo admitir que nunca he sido muy aficionado a las obras del director Jim Sheridan. A pesar de que aparentemente todo el mundo adora "Mi Pié Izquierdo" y "En el Nombre del Padre", yo las encontré bastante secas y con mensajes políticos demasiado burdos y evidentes. No digo que fueran malas, sino simplemente que no me gustaron mucho.

Pero en "Tierra de Sueños", Sheridan ha logrado una cinta a la vez profunda y accesible, cuyo subtexto político se integra sutilmente con la narrativa, dando una dimensión adicional a una ya interesante historia acerca de los problemas que los inmigrantes sufren cuando abandonan su tierra en busca del Sueño Americano.

Al principio de la cinta conocemos a una familia irlandesa que entra ilegalmente a los Estados Unidos (desde Canadá), durante la década de los ochentas, en busca de empleo y un mejor nivel de vida. Johnny (Paddy Considine) es el padre, emocionalmente destrozado por la reciente muerte de su pequeño hijo. Sarah (Samantha Morton) es su estoica y fiel esposa, dispuesta a cualquier cosa con tal de mantener unida a la familia. Y Christy (Sarah Bolger) y Ariel (Emma Bolger) son sus hijas, a través de las cuales veremos los fracasos y éxitos que el grupo encuentra en su nueva patria.

A pesar de que hay un cierto arco narrativo que culmina con un hecho importante, el director no está muy interesado en llevarnos de la mano a través de la historia. En vez de eso, se limita a ofrecernos diversas viñetas sobre la vida de la familia. Así, más que seguir una trama, nos vamos enterando del estado emocional de cada uno de ellos, y al tomar el punto de vista de las niñas (particularmente Christy), los hechos toman un tono distinto, examinando con lógica infantil, pero sólida, las verdades ocultas por las convenciones de la sociedad.

Nunca es ese estilo tan claro como en la interacción entre las niñas y Mateo (el brillante Djimon Hounsou), un atormentado artista que reside en el edificio. Esta creciente relación enriquece no sólo a los personajes, sino nuestro entendimiento de ellos, culminando con un gran impacto emocional que se da naturalmente, sin necesidad de forzar la trama ni de manipular a la audiencia.

Aunque la firme mano de Sheridan es responsable por la inusual estructura de la cinta, indudablemente merecen gran aplauso los actores que integran el elenco. Paddy Considine es perfecto como el tenaz padre que debe mostrarse sólido para beneficio de su familia, aunque su estado emocional sea muy inseguro. Samantha Morton es etérea como Sarah. Su comportamiento no siempre es lógico, pero cuando entendemos sus motivos se vuelve evidente el intenso amor que tiene por su esposo e hijas. Sin embargo, la revelación de la película son las niñas. Sarah y Emma Bolger (hermanas en la vida real) prestan una inusual gravedad a sus personajes, y a pesar de su corta edad se muestran tan convincentes como el elenco adulto. Y en una cinta tan emocionalmente difícil como "Tierra de Sueños", el logro de estas jóvenes actrices es doblemente impresionante.

Aunque pudo ser una burda alegoría, "Tierra de Sueños" se preocupa más por la integridad y desarrollo de sus personajes, que por avanzar alguna ideología política. Sin embargo hay bastante subtexto intelectual, y no defraudará a quienes quieran analizar más allá de la simple trama. Jim Sheridan y su gran elenco han conseguido realizar una película cuya profundidad emocional trasciende su sencilla historia, obteniendo así la elegante simplicidad que muchos buscan, pero pocos consiguen. Puedo recomendar esta película, con la advertencia de que no se trata de un panfleto anti-yanqui, como tal vez muchos hubieran deseado. Conviene mejor centrarse en los actores y en el viaje dramático de los personajes.

Calificación: 9

Pablo

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Tierra de Sueños (In America)

Tierra de Sueños
(In America)