Archivo de Críticas:

Lista por título en español en orden alfabético:
(Números, y de la A a la I)
(De la J a la Q)

(De la R a la Z)

Lista por título en su idioma original, en orden alfabético:
(Números, y de la A a la I)
(De la J a la Q)
(De la R a la Z)

Keane
(
Keane)
Canary Films, 2004
Estados Unidos, 100 minutos

Dirigida y escrita por Lodge Kerrigan
Editada por Andrew Hafitz

Elenco:
Damian Lewis ... William Keane
Abigail Breslin ... Kira Bedik
Amy Ryan ... Lynn Bedik
Tina Holmes ... Michelle

Imagen © 2004 Canary Films

Francamente ya me dan desconfianza las películas en las que algún actor o actriz trata de ganar premios intepretando a un personaje con problemas mentales o emocionales. En los mejores casos ("Who's Eating Gilbert Grape", "A Beautiful Mind") no pasan de ser buenas actuaciones en películas mediocres; y en los peores casos ("Radio", "I am Sam") terminan dando risa e incómoda pena ajena.

Afortunadamente "Keane" resulta ser un raro caso donde la perfecta actuación de su actor principal se conjuga con un guión simple y elegante que no busca lucir huecos excesos dramáticos, sino mostrar una visión creíble, intensa y realista de una víctima de sus perturbaciones mentales.

El "Keane" del título es William Keane (Damian Lewis), un hombre de treinta y tantos años afligido por esquizofrenia, quizás exacerbada por el impacto de la desaparición de su hija, quien supuestamente fue secuestrada en la populosa estación de Port Authority, en Nueva York.

Ahora, meses después (o años), Keane pasa sus días vagando por la estación, preguntando a la gente si ha visto a su hija, hablando consigo mismo y mostrando conductas perturbadoras e impredecibles. Entonces, cuando conoce a Lynn Bedik (Amy Ryan), una mujer de bajos recursos que lucha incansablemente por mantener a su pequeña hija Kira (Abigail Breslin), Keane parece haber encontrado algo que podría estabilizar su peligrosa condición... o sumirlo aún más en su locura.

Lo más notable de "Keane" es la soberbia actuación del británico Damian Lewis, cuya interpretación de un hombre esquizofrénico que alterna entre manía compulsiva y breves períodos de lucidez no sólo es realista, sino repleta de emoción y humanidad. También merece mención la niña Abigail Breslin, que demuestra que su maravilloso trabajo en "Little Miss Sunshine" no fue accidental.

Menos notoria pero igualmente sorprendente es la dirección de Lodge Kerrigan, cuya cinta "Clean, Shaven", de 1994, tuvo una temática similar, pero un tono totalmente distinto. Esta vez el cineasta nos presenta una visión intensa y personal de un hombre que se rehúsa a ser víctima de su aflicción, empleando la constante búsqueda de su hija como foco de sus obsesiones y al mismo tiempo como el tenue lazo que le evita caer en los abismos de su enfermedad.

Más aún, "Keane" consigue niveles de suspenso inusitados, no porque orqueste escenas de elaborada tensión, sino porque las circunstancias fluyen naturalmente de tal modo que el espectador teme por la seguridad de ciertos personajes, debido a las impredecibles reacciones del protagonista. Y, a diferencia de películas más burdas y genéricas, esta sutil manipulación de emociones surge de la cuidadosa construcción de sus personajes y no de caprichos de un guionista desesperado por fingir drama y complejidad.

"Keane" merece la más alta recomendación porque, si bien podría ser demasiado modesta y simple en su forma para atraer a un público considerable, definitivamente representa un fascinante experimento fílmico de gran impacto, que muestra claramente lo que un genuino artista puede lograr sin contar con elevados recursos. No es una película fácil o amena, pero su firme narrativa, a la vez ambigua y clara, será un agradecido reto para el cinéfilo que busque entretenimiento repleto de sustancia y significado, especialmente en la temporada de huecas súper producciones hollywoodenses e innecesarias secuelas.

Calificación: 9

Pablo del Moral

Google
 
Web www.cinencanto.com