Lucky, por Pablo

Una de las razones por las que inicié este sitio fue para tratar de compartir con otras personas mi entusiasmo por películas "pequeñas", de gran calidad, que han sido ignoradas por el público y la crítica debido a su humilde origen y deficiente distribución. Por cada bodrio como "Van Helsing" que llega a cientos de cines acompañado por un impresionante aparato publicitario, hay decenas de cintas de bajo presupuesto, que contribuyen al avance del arte cinematográfico, pero que no cuentan con los recursos para darse a conocer.

Y, desde luego, una buena parte de esas películas son del género fantástico (llamémosle así al cine de terror, ciencia ficción y fantasía), que curiosamente es mi género favorito.

Indudablemente hay también basura en el cine de bajo presupuesto... ser "independiente" no es automáticamente garantía de calidad... y por ello es doblemente importante señalar aquellas obras que han trascendido sus magros recursos con valiosas ideas y con auténtica visión artística.

Lo cual me lleva a la película "Lucky", que trata de un perro que habla.

Bueno, sólo en parte. La cinta gira en torno a la patética vida de Millard Mudd (Michael Emanuel), un guionista venido a menos, que vive en una escualidez escandalosa, tomando cerveza todo el día mientras contempla el vacío monitor de su computadora, esperando "inspiración" para escribir y vender guiones de caricaturas televisivas. Un día, regresando de la tienda de licor, Mudd atropella a un pequeño perro. Entristecido por el accidente, el escritor recoge al animalito y lo lleva a su casa, donde trata de curarlo. Pero cuando se recupera el perrito, llamado Lucky (Sidney), empieza a comunicarse telepáticamente con Mudd, no sólo dándole ideas para escribir guiones, sino ayudándole a enderezar su vida, a dejar de beber e incluso consiguiendo una novia para el reprimido y tímido escritor. Pero parece que este cambio de vida tendrá un alto precio, pues eventualmente Lucky exige a Mudd que asesine a las personas que lo han hecho sufrir en el pasado...

Esta sinopsis puede sonar absurda, pero la ejecución de la historia es extraordinaria, y funciona en muchos niveles. Como negrísima comedia, la cinta resulta en extremo graciosa e incisiva, burlándose de convencionalismos sociales y de las expectativas de la audiencia. Como cinta de horror, "Lucky" ofrece suficiente tensión, sangre y suspenso para dejar satisfechos a los aficionados; pero yo prefiero verla como un profundo estudio de una mente trastornada. La película no ofrece respuestas fáciles ni psicología barata para explicar los extraños sucesos que narra. Simplemente nos muestra el punto de vista de una persona trastornada, cuya división entre realidad y fantasía se ha borrado por completo. Sin embargo, aún ese enfoque puede ser incorrecto. Tal vez los parlamentos del perrito no son producto de la imaginación del protagonista, sino el resultado de alguna entidad maligna ocupando el cuerpo de Lucky. Una escena en particular sugiere que otras personas pueden también escuchar su "voz", aunque el guión es lo bastante vago para que nosotros saquemos conclusiones propias.

Visualmente "Lucky" es modesta pero funcional. Realizada en video digital en un plazo de nueve días, el equipo creativo reconoció sus limitaciones, empleando los recursos disponibles para el mejor efecto posible. Prácticamente todo se desarrolla en la casa de Mudd, pero la ambientación, diseño de producción y cinematografía (¿videografía?) muestran gran creatividad, por lo que la pausada trama nunca aburre, ni se siente claustrofóbica.

Gran parte del éxito de "Lucky" radica en las actuaciones del elenco humano y canino. Michael Emanuel muestra tal simpatía y desenfado que sus diálogos suenan creíbles e interesantes, ya sea que esté comentándonos sus teorías sobre la conciencia, o discutiendo un libreto con Lucky. Y hablando del can, Lucky es interpretado por un Terrier híbrido llamado Sidney, a quien presta su voz el actor David Reivers, que ha logrado un triunfo del doblaje, dando tal personalidad y humor al perro que es sumamente fácil aceptarlo como válido consejero y crítico del infeliz protagonista.

Tal vez "Lucky" no sea para todos los gustos. Ciertas escenas de violencia, tortura y necrofilia (simulada, desde luego), podrían asustar a algunas personas. Pero por debajo del ostensible horror hay abundantes ideas interesantes y brillantes diálogos que es un placer escuchar. Pero sobre todo lo demás, puedo recomendar "Lucky" como prueba de que, cuando hay talento real, no hace falta gran presupuesto para contar una historia inteligente. Lástima que este sea un mensaje que los grandes estudios nunca asimilarán.

Calificación: 9

Pablo

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Lucky (Lucky)

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