Una de mis aficiones es el estudio de conspiraciones históricas, políticas y científicas. Todo aquello que sugiera una "verdad detrás de la verdad" me entusiasma y estimula mi mente (o lo que quede de ella). No estoy diciendo que necesariamente creo todo lo que se dice sobre el tema. Por el contrario, me es un poco indiferente conocer "la Verdad". Simplemente encuentro muy saludable el contemplar versiones alternativas de la historia, que ilustren no sólo el cinismo y desconfianza de la humanidad por sus figuras autoritarias, sino los aspectos de la mente que necesitan un factor que aparentemente controle el caos de nuestras vidas.
Por eso disfruté de "La Leyenda del Tesoro Perdido" tal vez más de lo que merece la película. La trama sigue los esfuerzos de un historiador llamado Benjamin Franklin Gates (Nicolas Cage) por encontrar un supuesto tesoro de los Caballeros Templarios que varios siglos atrás se ocultó en los Estados Unidos. Para encontrarlo, Gates continúa la investigación de su abuelo, siguiendo pistas que los Padres de la Nación (Estados Unidos, naturalmente) dejaron en múltiples locaciones históricas... empezando por el dorso de la Declaración de Independencia. Así, tratando de adelantarse a un villano que también pretende robar el tesoro, Gates y sus ayudantes tratarán de descifrar pistas cada vez más obtusas para encontrar el mítico tesoro... ¿lo lograrán?
No conviene analizar mucho la lógica detrás de la película, y desde luego sus bases históricas son risibles. Pero, al menos durante su primera mitad, el ingenio del guión y el siempre creíble desempeño de Nicolas Cage mantienen un buen grado de energía que hace la cinta graciosa y entretenida. Desafortunadamente las "pistas" se vuelven cada vez más absurdas, y las deducciones de los personajes llegan a niveles de ridículo sólo vistos en antiguos episodios de "Scooby Doo".
Es obvio que "La Leyenda del Tesoro Perdido" está fundamentada en dos recientes fenómenos de la cultura popular: por un lado, el tono de aventuras traviesas y humorísticas sigue de cerca al de "Los Piratas del Caribe", también de Walt Disney Pictures y realizada por el mismo productor. Y por otro lado tenemos la mediocre novela "El Código Da Vinci", que inflamó la imaginación de millones envolviendo la investigación de libros serios como "Holy Blood, Holy Grail" y "The Templar Revelation" en una barata trama de melodramáticas aventuras. Pero ese origen mercadológicamente calculado ha dado como resultado una película intrínsecamente mediocre y vacua, pero ostensiblemente divertida y ligera, que logra con cierto esfuerzo mantener al público entretenido durante más de dos horas, con la condición de que no se profundice mucho en la mecánica de la trama, ni en la solidez narrativa del libreto.
Dentro de la faceta del cine moderno, que genera películas de acción
cada vez más tediosas y estúpidas, creo que "La Leyenda
del Tesoro Perdido" logra al menos su propósito de entretener
con cierto decoro, gracias a su ágil ritmo, a su competente elenco
y a su absoluta convicción por divertirnos. Pero más allá
de todo eso, la cinta no se toma muy en serio, y ese sarcástico sentido
del humor se transmite con éxito a la audiencia, haciendo que la película
parezca mejor de lo que es. O tal vez las palomitas de maíz tienen
un aditivo que rebaja los estándares de la audiencia, logrando que
traguemos (ahem) más fácilmente los ridículos argumentos.
Obviamente hace falta una investigación al respecto.
Calificación: 7.5
Imagen © 2004 Walt Disney Pictures
Dirigida por Jon Turteltaub
Escrita por Jim Kouf, Oren Aviv, Charles Segars, Cormac Wibberley y Marianne
Wibberley
Editada por William Goldenberg
Elenco:
Nicolas Cage .... Ben Gates
Diane Kruger .... Abigail Chase
Justin Bartha .... Riley Poole
Sean Bean .... Ian Howe
Jon Voight .... Patrick Gates
Harvey Keitel .... Sadusky
Christopher Plummer .... John Adams Gates
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