Tierra de Nadie, por Pablo

Qué bueno es tener oportunidad de ver una buena película que sirva como necesario antídoto contra la aglomeración de cintas hechas en serie que los cines nos recetan cada semana. "Tierra de Nadie" es uno de esos antídotos, pues su fresco tema aunado a su valioso mensaje la convierten en una de las mejores muestras de cine europeo que he visto en tiempos recientes.

La película retrata vivamente el conflicto político-religioso-militar entre Bosnia y Serbia, pero lo mantiene firmemente a nivel humano al centrar su atención en tres soldados que por azar terminan compartiendo una terrible situación en una trinchera ubicada a mitad de las líneas de combate entre ambos territorios. Y lo que comienza como una individual tragedia termina tomando relevancia internacional cuando pone a descubierto la dinámica de esa horrible guerra, con sus intrigas, intereses e injusticias, todo ello protagonizado no por anónimos gobiernos, sino por personas que por una razón u otra se ven envueltos en los hechos que la cinta narra.

No quiero revelar mucho sobre la trama porque es maravillosamente impredecible en su desarrollo, y a la vez tristemente previsible por sus causas. Su principal fuerza radica en la precisa alegoría que hace sobre la guerra, sus motivos y consecuencias. Sin temer el uso del humor para enfatizar los puntos que toca, el guión se mantiene el la delgada línea entre la pesada doctrina y el sutil mensaje, siempre aprovechando el elemento humano para dar contexto a las grandes cuestiones sobre el conflicto bélico.

Las actuaciones son muy competentes, y aún más lo es la selección del elenco, que busca facilitar la identificación de los personajes con parte del público, de tal forma que por corta que sea su participación, hasta el menor personaje tiene algo especial que lo hace memorable. La dirección hace lo suyo al mantenerse al margen y, sin gran lucimiento propio, orquesta todos los elementos para que el guión y actores hagan lo suyo. También de aplaudir es el uso de locaciones reales. Entre las caóticas noticias y reportes televisivos se pierde de vista el hecho de que esa región del mundo, tan asolada por la tragedia, es de gran belleza y podría ser un paraíso sin la intrusión de las torcidas políticas que fomentan la guerra.

Sin gran solemnidad, pero sin caer en la ligereza, "Tierra de Nadie" transmite con eficiencia su mensaje y es una de las mejores películas anti-bélicas que he visto, bien fundamentada en su entretenida historia y en sus bien dibujados personajes. Definitivamente recomendada para todos, especialmente para quienes están cansados de las "películas evento" y de los vacíos dramas que pululan en la cartelera semanal.

Calificación: 10

Pablo

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