Érase una Vez en México, por Pablo

Creo que Robert Rodríguez está enfermo. Si no me equivoco, ha contraído el Síndrome de George Lucas.

Esta afección se manifiesta por un agudo interés en los aspectos tecnológicos del cine, obstruyendo los procesos mentales que previamente estaban dedicados a mantener una narrativa coherente e interesante. Y aunque se ha investigado poco esta condición, tengo confianza en que existe una cura, y que eventualmente Rodríguez encontrará el balance entre moderna tecnología y tradicional narrativa, para seguir produciendo películas tremendamente entretenidas, como "El Mariachi", "Desperado" y "From Dusk 'Til Dawn".

Pero en lo que llega el remedio, veamos los síntomas que revela "Érase una Vez en México".

Supongo que esta cinta es la segunda secuela de "El Mariachi", pero funciona mejor como continuación directa de "Desperado". El Mariachi (Antonio Banderas) sigue su lucha contra los opresores y narcotraficantes del norte de México y, conociendo su fama, el Agente Sands (Johnny Depp), de la CIA, lo contrata para evitar un golpe de estado en el que un corrupto general de la milicia planea asesinar al Presidente de México y tomar el poder del país. El Mariachi acepta, pues tiene una cuenta pendiente con el general. Paralelamente vemos los esfuerzos de un agente del FBI retirado (Rubén Bladés) por capturar al peligroso narcotraficante Barillo (Willem Dafoe), cuyo lugarteniente Billy (Mickey Rourke) está dispuesto a traicionarlo. Eventualmente ambas historias chocan en una balacera masiva, enmarcada en la fiesta mexicana del Día de los Muertos. Muy apropiado.

La trama suena confusa y ciertamente lo es. Y eso que no he mencionado a la guapa Eva Mendes como la hija policía de Barillo, ni al gran Danny Trejo como Cucuy, que tal vez está al servicio de Sands y tal vez no. En fin, hay demasiados personajes en la película, cada uno con misteriosos propósitos, de tal forma que al final de la cinta reina la confusión. Sin embargo, como la trama es una mera excusa para iniciar las exuberantes escenas de acción, supongo que no tiene mucha importancia si la seguimos atentamente o no.

"Érase una Vez en México" está hecha en video digital de alta resolución, con las nuevas cámaras que graban a 24 cuadros por segundo (a diferencia de las "normales", que lo hacen a 29.97 fps), emulando la textura y ritmo del cine tradicional. También son más livianas, menos frágiles y de operación más sencilla. Esta tecnología facilita enormemente la captura de imágenes, y permite gran flexibilidad para improvisar y obtener material de gran calidad en un tiempo récord.

Desafortunadamente, esta libertad resulta intoxicante para gente como Rodríguez, y el resultado es un aglomerado de escenas que vagamente siguen la historia, pero que nunca se integran en una narrativa coherente. Ese es el gran fallo de "Érase una Vez en México", y es un efecto directo del "Síndrome George Lucas". Tal vez el difícil y lento proceso de cinematografía tradicional fomenta una rígida disciplina que gira alrededor del guión, y que obliga al director y equipo creativo a mantener una visión unificada durante la filmación. Pero cuando Lucas y Rodríguez, borrachos de libertad, descubren que pueden hacer básicamente lo que quieran con el video digital, el medio supersede al mensaje, con los deficientes resultados de una narrativa débil y desordenada, como la que hemos visto en "The Phantom Menace", "The Attack of the Clones", "Spy Kids 3D: Game Over", y la presente "Érase una Vez en México".

Pero a pesar de estas fallas, la cinta tiene muchas cosas a su favor. Las secuencias de acción son impresionantes, y el elenco es realmente brillante. Tal vez porque el guión no es muy sólido, Rodríguez eligió actores y actrices cuya mera personalidad basta para hacer personajes interesantes y memorables. Desde luego destaca Johnny Depp como el corrupto Agente Sands. Pero Rubén Bladés, Mickey Rourke y Willem Dafoe realizan muy buen trabajo en sus cortas pero significativas participaciones. Curiosamente, Antonio Banderas como el héroe es quien menos luce, pues hay tanto tiempo dedicado al elenco de soporte que durante largos ratos perdemos de vista al protagonista.

Es innegable que, a fin de cuentas, "Érase una Vez en México" es entretenida y emocionante. Pero tal vez hubiera sido preferible aprovechar el elenco de primera línea con una historia más consistente y relevante. Por lo pronto, basándome en la última toma de la película, espero que en el futuro veamos una cinta dedicada exclusivamente al Agente Sands (¿un moderno Zaitochi, posiblemente?). Tal vez para entonces, Rodríguez esté curado de su fiebre digital, y pueda concentrarse más en la historia y menos en los fuegos artificiales y malabares cinematográficos.

Calificación: 7

Pablo

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Érase una Vez en México (Once Upon a Time in Mexico)

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(Once Upon a Time in Mexico)