El Hijo de Chucky, por Pablo

No hay modo de eludir la realidad: "El Hijo de Chucky" está hecha para un público muy particular, y quien no se encuentre en él, seguramente encontrará esta película ridícula, ofensiva y perturbadora. Por lo tanto, dividiré este escrito en dos partes; una para aficionados al cine bizarro, y otra para las audiencias "normales".

Para audiencias "normales":
No vean esta película a menos que tengan una malsana curiosidad por ver muñecos de plástico asesinando gente, masturbándose o tratando de mantener en orden sus relaciones familiares.

Para aficionados al cine bizarro:
John Waters sale en la película, y su muerte es digna de una portada de la revista Fangoria.

Marco histórico obligatorio: Allá por 1988 se estrenó la película "Child's Play" (con sus múltiples y absurdos títulos en distintos países de habla hispana), que era básicamente un competente refrito del viejo cliché de terror "muñeco viviente". El éxito de la cinta invitó dos pésimas secuelas ("Child's Play 2", de 1990 y "Child's Play 3", de 1991) que pretendían con toda seriedad continuar la historia. Pero para la cuarta parte ("Bride of Chucky", de 1998), el guionista (y creador del personaje) Don Mancini decidió llevar el argumento hasta el punto de farsa que el concepto del "muñeco asesino" merecía. El resultado fue una sagaz película que se burlaba de sí misma al mismo tiempo que mostraba suficiente terror y sangre para satisfacer a los aficionados que no quisieran o no pudieran entender el nuevo humor de la película.

Ahora, en "El Hijo de Chucky", Mancini toma por primera vez las riendas de una película como director y guionista, y entrega una obra absolutamente torcida y satírica, que no se preocupa mucho por asustar al público, sino por hacerlo reír con su subversivo humor y su perturbador tono.

La historia comienza en la filmación de la película "Chucky Goes Psycho", en la que la actriz Jennifer Tilly (Jennifer Tilly) se enfrenta a Chucky (voz de Brad Dourif) y Tiffany (voz de Jennifer Tilly), la pareja de muñecos asesinos que hemos visto en otras películas. Pero Chucky y Tiffany son meros efectos especiales mecánicos... hasta que Glen (voz de Billy Boyd), el hijo "real" de Chucky y Tiffany, encuentra accidentalmente el modo de revivirlos, con lo que la pareja vuelve a su vieja costumbre de asesinar a cuantas personas pueden. Pero Glen no está de acuerdo, y trata de cambiar los hábitos de sus padres. Chucky no quiere cambiar, pero Tiffany realmente busca deshacerse del vicio de asesinar personas. ¿Lograrán hacerlo? Tal vez, pero su problema inmediato es conseguir cuerpos humanos, pues Chucky y Tiffany están cansados de ser muñecos de plástico. Afortunadamente la actriz Jennifer Tilly y el músico Redman están a la mano, y los juguetes diabólicos preparan un plan para ocupar sus cuerpos, aunque Glen no quiera participar en el ritual...

¿Absurda? Claro que sí. ¿Hilarante? Por supuesto. "El Hijo de Chucky" no es una comedia que provoque sanas carcajadas, sino risillas culpables que parecen decir "no puedo creer que hayan filmado eso" y "esto es profundamente estúpido y ofensivo, pero aún así me estoy riendo". Bueno, al menos eso es lo que me ocurrió.

Y como lector de la revista "Fangoria" y "Psychotronic Video", sé que hay muchas otras personas que comparten este malsano gusto por películas que se regodean en los peores excesos y en los más bajos instintos de la humanidad (¡hola amigos!). Para ellos está hecha "El Hijo de Chucky".

El elenco de voces hace un gran trabajo, con el siempre sólido Brad Dourif prestando nuevamente su icónica voz a Chucky; Billy "Pippin" Boyd como el sexualmente ambiguo Glen/Glenda (buena referencia a Ed Wood); y Jennifer Tilly dando gran personalidad y emoción a Tiffany. Y hablando de Jennifer Tilly, debo decir que su participación en "El Hijo de Chucky" me ha parecido sencillamente brillante. No sólo muestra que es una gran actriz, sino que posee un sentido del humor que le permite atacar las escenas más ridículas con gran brío y entusiasmo, y que lo logra sin perder su dignidad ni su profesionalismo. Deberían dar Óscares por eso, y no por llorar copiosamente durante dos horas (¿alguien dijo "Meryl Streep"?).

Resumiendo (¡demasiado tarde!), "El Hijo de Chucky" es una bizarra comedia que exige un sentido del humor muy específico y una elevada tolerancia al mal gusto. No estoy juzgando... quien crea tenerlo no debe perderse esta película, pues creo que hay muy pocas oportunidades para ver una cinta así en el cine. Y en el peor de los casos, el apoyar una obra como ésta podría contribuir un poco a que Hollywood muestre un poco más de valor, haciendo películas más atrevidas y valientes, que se alejen un poco de la genérica fórmula que con tanta frecuencia vemos en el cine contemporáneo. O véanlo como una racionalización muy conveniente para ver sin culpa un drama familiar estelarizado por muñecos de plástico blandiendo cuchillos y cubiertos de sangre.

Calificación: 8

Pablo

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El Hijo de Chucky (Seed of Chucky)

El Hijo de Chucky
(Seed of Chucky)