Dirigida
por Lawrence Guterman
Escrita por Lance Khazei
Editada por Malcolm Campbell, John Coniglio y Debra Neil-Fisher
Elenco:
Jamie Kennedy .... Tim Avery
Alan Cumming .... Loki
Ryan Falconer .... Alvey Avery
Bob Hoskins .... Odin
Traylor Howard .... Tonya Avery
Ben Stein .... Dr. Neuman
En ocasiones, cuando estoy en el cine, tomo notas sobre la película en una pequeña computadora de mano iPaq, de Hewlett Packard. Ya tengo cierta práctica escribiendo los bizarros trazos que se traducen a letras y números, y así me es fácil anotar rápidamente nombres de personajes, puntos de la trama, y comentarios sobre la película en general. Pero durante "El Hijo de la Máscara", encontré un uso mucho más satisfactorio de esta pequeña herramienta tecnológica: el juego de Solitario.
Así es... nunca he estado tan cerca de salirme del cine durante una mala película. Incluso los peores bodrios pueden ofrecer algo bueno, y mi irredento (o idiota) optimismo me impide abandonar la esperanza de que la cinta logre redimirse, aunque sea débilmente y en los últimos minutos. Pero mientras esperaba (inútilmente) que "El Hijo de la Máscara" lograra eso, no podía tolerar un segundo más de la película, por lo que dediqué un buen rato a jugar Solitario en mi computadora de mano. Afortunadamente me senté en la última fila del cine, por lo que espero no haber molestado a nadie. Pero en esa película, dudo que fuera posible.
Sin embargo, entre juego y juego, alcancé a ver suficiente del frenético y tedioso desfile de huecos efectos especiales y estridentes escenas "graciosas" como para desentrañar el pobre argumento: la Máscara de Loki (que, como vimos en la original cinta "The Mask", confiere extraños poderes a quien la porta) cae accidentalmente en las manos de Tim Avery (Jamie Kennedy), y bajo su influencia procrea un hijo con su esposa Tonya (Traylor Howard). Unos meses después nace un bebé, que resulta tener los poderes de la Máscara. Y por si esos no fueran suficientes problemas, Loki (Alan Cumming), bajo las órdenes del dios Odín, trata de recuperar el extraño artefacto... y al aparente heredero de sus poderes.
Este tergiversado (y vagamente perturbador) argumento se traduce en un caótico e incoherente muestrario de efectos especiales, algunos muy realistas, otros simplemente vistosos, pero todos irritantes, por estar fundamentados en un guión profundamente estúpido, repleto de personajes desagradables, y tan forzado que las emociones que pretende evocar terminan siendo tan falsas y artificiales como las de cualquier comercial televisivo.
Sea cual sea la opinión que el lector tenga sobre Jim Carrey (y su famosa interpretación en la cinta original), Jamie Kennedy es un reemplazo muy pobre, que no consigue ni una fracción de la maniática energía y proyección necesaria para hacer verosímil un personaje tan exótico. Y ni hablemos del elenco de apoyo... Bob Hoskins y Alan Cumming, aunque buenos actores en proyectos más dignos, se ven reducidos a ser meros bufones a merced de los artistas digitales y de un director que tiene gran conocimiento sobre los aspectos técnicos de la película, pero ninguno sobre la elaboración de una narrativa competente e interesante.
Cuando trabajé como diseñador gráfico, aprendí una valiosa lección: cuando todo resalta, ya nada resalta. De igual forma, en "El Hijo de la Máscara", cuando todo es un efecto especial, ya nada es especial.
Por su abundancia
de chistes escatológicos y frenético ritmo, quizás "El
Hijo de la Máscara" divierta a niños muy pequeños.
Pero habiendo tantas cintas de mayor calidad para el público infantil,
no puedo recomendar de ninguna manera esta película. Una mucho mejor
opción sería leer el comic de Dark Horse en el que se basó
la película original. O, mejor aún, re-visitar las viejas caricaturas
de Warner Bros. que inspiraron a ambos. O, en el peor de los casos, jugar
Solitario.
Calificación: 2 (recibe dos puntos extras por
el tremendo esfuerzo del equipo técnico... aunque de nada haya servido)