Spider-Man 2, por Pablo

Creo que cometí un error cuando hace dos años escribí la crítica de la película "Spider-Man": Le puse 10 de calificación... ¿Qué puedo ponerle ahora a su muy superior secuela?

El genial director Sam Raimi, su equipo técnico y su capaz elenco mejoran todo en esta segunda parte, la cual, aunque arrastra aún algunas fallas menores, considero como la mejor película de superhéroes que he visto. Y esto se lo atribuyo a que Raimi y sus guionistas saben que detrás de una narrativa exitosa debe haber personajes creíbles e interesantes.

Este es también el fundamento del comic mismo del Hombre Araña, que allá por 1963 debutó en los Estados Unidos, bajo la pluma de Stan Lee y el mágico lápiz de Johnny Romita. Mientras que los superhéroes de entonces eran semi-dioses omnipotentes e invencibles, el Hombre Araña era el patético estudiante Peter Parker, asediado por los problemas característicos de su edad, y con los que sus jóvenes lectores se podían fácilmente identificar.

La secuela comienza con una serie de extraordinarias pinturas (cortesía del famoso artista Alex Ross) en la que se narran los eventos de la primera película, y nos recuerdan que, además de luchar contra el Duende Verde, el joven Peter Parker (Tobey Maguire) tuvo que luchar contra sus sentimientos, rechazando toda esperanza de romance con la guapa Mary Jane Watson (Kirsten Dunst) debido a que su identidad secreta pondría en peligro a sus seres queridos. Aproximadamente dos años después encontramos a Peter tratando de balancear dos trabajos (uno entregando pizzas y otro como fotógrafo para el periódico El Clarín), sus estudios universitarios y su carrera como superhéroe. Ninguna de ellas va particularmente bien, y las cosas sólo empeoran cuando, a raíz de un accidente, el brillante científico Otto Octavius (Alfred Molina) se convierte en un villano con cuatro brazos mecánicos, cuyos peligrosos experimentos amenazan con destruir la ciudad de Nueva York. Y por si eso fuera poco, la vida personal de Peter Parker continúa desmoronándose, entre los problemas financieros de su Tía May (Rosemary Harris), la creciente desconfianza de su mejor amigo Harry Osborne (James Franco) y su truncado cuasi-romance con Mary Jane. Eventualmente la presión se vuelve tan grande que Parker decide abandonar su identidad de Hombre Araña para tratar de poner en orden su vida, pero el Dr. Octavius (pintorescamente bautizado como "Dr. Pulpo") se encargará de evitarlo...

A pesar de las múltiples sub-tramas que maneja la película, la narrativa es siempre clara e interesante. Los variados personajes y sus dinámicas relaciones con el protagonista se desarrollan con naturalidad, y con sorprendente impacto emocional, lo que permite identificarse plenamente con ellos; y no olvidemos las secuencias de acción, filmadas con la tradicional energía y disciplina de Sam Raimi, cuyas frenéticas imágenes nunca pierden sentido o coherencia narrativa.

Aunque todo el elenco de "Spider-Man 2" realiza un trabajo fenomenal, conviene resaltar el trabajo de algunos intérpretes: Tobey Maguire se sumerge en el papel del vulnerable héroe, cuyas hazañas físicas no le ayudan a evitar los sinsabores de su vida; su sentimiento de responsabilidad es palpable, y su dedicación a preservar los ideales inculcados por su tío nunca se siente forzada o falsa. Por su parte, Alfred Molina, como el Dr. Pulpo, encarna perfectamente al clásico "científico loco", cuya ambición de conocimiento ha salido de control, convirtiéndolo en una amenaza para la sociedad. Creo que este es el papel más difícil, pues la irrealidad del personaje debe ser compensada con la humanidad que aún se esconde tras el monstruo, y Molina lo consigue a la perfección, sin perderse detrás de los efectos especiales. Finalmente, aunque no es un papel principal, debo decir que J.K. Simmons, como J. Jonah Jameson, sigue brillando con su dinámica interpretación del iracundo editor del periódico El Clarín, y se roba todas las escenas en las que participa gracias a su excelente sentido del humor. Sin duda este es el personaje más fiel al comic original, y uno de los que más se recuerdan al terminar la película.

Y, para no variar, Raimi regala a los fans un considerable número de referencias y chistes ocultos, que tal vez no son indispensables para la trama, pero que enriquecen la experiencia para quien los encuentre; desde la puntual aparición del actor de culto Bruce Campbell, hasta las breves participaciones de Stan Lee y John Landis, sin olvidar las referencias al comic original, en la forma del Dr. Curt Connors (también conocido como el Lagarto), John Jameson (Man-Wolf), y la magnífica reproducción del famoso panel final del comic "The Amazing Spider-Man" No. 50, donde Parker tira a la basura su traje del Hombre Araña. Y no quiero ni mencionar el gusto que me dio ver de regreso al Clásico Oldsmobile Delta Royale 1973 que tuvo una memorable participación en la trilogía de "Evil Dead".

Pero para no ser excesivamente positivo, diré que encontré algunos problemas con "Spider-Man 2". Algunos efectos especiales parecen de regular manufactura... los personajes digitales siguen siendo evidentes, y la velocidad de algunas peleas resta realismo; por el lado del guión, algunas explicaciones están un poco forzadas, como la relación entre el Dr. Octavius y sus tentáculos, y la razón para la existencia de éstos. Sin embargo, lo que funciona en la película funciona tan bien que estas quejas de ninguna manera disminuyen mi apreciación por este enorme logro de Sam Raimi.

Muchas cintas de superhéroes se centran demasiado en el personaje mitológico, y es por ello que pierden de vista al humano detrás de la máscara. "Spider-Man 2", por el contrario, casi debería llamarse "Peter Parker", pues al interesarse más en el joven que en el héroe logra crear un lazo emocional más inmediato e intenso con la audiencia, lo que convierte a esta cinta es una de esas raras secuelas que superan a la original y que, más aún, puede ser apreciada por cualquier persona, aficionada o no al comic. Después de todo, nadie ha luchado contra un hombre-pulpo en la punta de un rascacielos (espero), pero todos hemos experimentado problemas y penurias muy similares a las de Peter Parker.

Calificación: 10 (Lástima que no puede ser 11)

Pablo

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