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The Thirst
(
The Thirst)
CFQ Films, 2006
Estados Unidos, 88 minutos

Dirigida por Jeremy Kasten
Escrita por Ben Lustig, Liz Maccie, Wayne Mahon, Mark A. Altman y Jeremy Kasten
Editada por Kevin Greutert

Elenco:
Matt Keeslar ... Maxx
Clare Kramer ... Lisa
Jeremy Sisto ... Darius
Serena Scott Thomas ... Mariel
Neil Jackson ... Duke of Earl
Adam Baldwin ... Lenny

Imagen © 2006 CFQ Films

El director Jeremy Kasten hace una pausa en su trabajo "normal" como editor de documentales para entregarnos "The Thirst", su tercer largometraje, en el que finalmente parece encontrar un balance entre la solemne incoherencia de su primera película ("The Attic Expeditions") y la simple acción sangrienta de su segundo esfuerzo ("All Soul's Day"). El resultado es una cinta de vampiros con un fuerte trasfondo metafórico que rebasa su modesta producción con interesantes ideas, ambiciosas actuaciones y muchos litros de sangre.

La historia comienza con una clásica pareja trágica: el joven Max (Matt Keeslar) lucha día con día por mantener la sobriedad luego de años de adicción a las drogas, pero sospecha que su novia Lisa (Clare Kramer) ha perdido la batalla, pues en el pequeño departamento que comparten hay pistas que sugieren que la joven está empleando nuevamente drogas. La verdad es más cruel: Lisa tiene cáncer, pero trata de ocultárselo a su novio, y cuando ella muere a causa de su enfermedad, Max sufre un colapso emocional.

Tiempo después los amigos del joven tratan de alegrarlo y lo llevan a un misterioso club, donde Max cree ver a su "difunta" novia Lisa. Siguiéndola a un salón privado, Max descubre la siniestra realidad: Lisa es ahora parte de una feroz banda de vampiros, y él podría convertirse en la próxima comida de su ex-novia. Pero el precio por escapar podría ser igualmente mortal.

El material publicitaro de "The Thirst" promete que la película es "una mezcla de 'Requiem for a Dream' y 'Near Dark'", y aunque suene ridículamente arrogante, no se puede negar que transita por el mismo terreno temático de aquellas películas (adicción y vampirismo contemporáneo, respectivamente). Desde luego "The Thirst" no es tan buena como las cintas que pretende emular, pero al menos evita insultarlas con excesiva mediocridad.

La analogía del vampirismo y la drogadicción se ha señalado en muchas otras ocasiones (notablemente en la película "The Addiction", del siempre entretenido Abel Ferrara), pero "The Thirst" trata de mantener la trama más simple, adornando sus obvias metáforas con coloridos personajes, sangrienta acción y erotismo no siempre justificado pero siempre agradecido.

Este tipo de modestas producciones independientes usualmente sufren por contar con actores novatos de dudoso talento, pero Kasten ha reclutado un elenco de sólidos veteranos del género fantástico, lo cual no sólo le da valiosa credibilidad con los fans del terror, sino que garantiza actuaciones quizás no brillantes, pero al menos funcionales y creíbles. Matt Keeslar (quien interpretó a Paul Atreides en la reciente mini-serie "Dune") ofrece quizás el mejor desempeño como el torturado protagonista que rápidamente se adapta a su nueva vida de sangre y vicio. Clare Kramer (la diosa Glory en "Buffy the Vampire Slayer) tiene un papel menos lucidor como la bailarina exótica que renace como tímida vampiresa, pero aún así llama la atención su convicción y energía en las extremas escenas que le asigna el guión. Adam Baldwin (Jayne en "Firefly") aporta buenas dosis de su acostumbrado humor y ruda presencia; y Jeremy Sisto (a quien hemos visto en cintas tan variadas como "Wrong Turn" y "May") se divierte de lo lindo como Darius, el cruel líder de la banda que se burla de la mitología vampírica con acertados comentarios y con su ridículo acento "europeo".

Los efectos especiales son comprensiblemente primitivos, pero compensan su falta de técnica con abundancia, inundando la pantalla de rojo líquido con cada ataque vampírico, e incluso incorporándolo perturbadoramente en momentos románticos y contemplativos.

Suena elitista y condescendiente pero debo aclarar que "The Thirst" es una buena película sólo dentro de su particular nicho (el video casero), y conviene establecer que harán falta distintos parámetros críticos para apreciar sus humildes bondades. Entonces, no hay que esperar "Requiem for a Dream" ni "Near Dark", sino una interpretación más ligera y divertida de sus densos temas, realizada con bajo presupuesto pero abundante entusiasmo. Puedo recomendarla para quien no busque elevado arte cinematográfico, sino sórdido entretenimiento que se precie por igual de su sangre y de sus ideas... aunque sean prestadas.

Calificación: 7

Pablo del Moral

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