Visitor Q, por Pablo

Mucho he escuchado acerca del director japonés Takashi Miike, especialmente acerca de su extrema actitud para hacer películas que tratan de romper tabúes para sacudir emocionalmente (y a veces físicamente) a sus audiencias. Pero hasta el momento yo sólo había visto "Audition", la cual me pareció una competente, sádica y atmosférica cinta de terror, pero nada tan "extremo". Por ello pensé que tales comentarios eran meras exageraciones por parte de la crítica que asiste a los festivales internacionales donde usualmente se exhiben sus cintas.

Qué equivocado estaba.

"Visitor Q" es realmente perturbadora, y justifica todos los comentarios que he leído sobre Miike. La trama, a grandes rasgos, cuenta la historia de la familia Yamazaki, cuya disfunción no conoce límites. Y para aprovechar esta desafortunada situación, el padre, un reportero fracasado, decide hacer un reportaje en video sobre la juventud moderna de Japón, empleando a su familia como obvia muestra de la decadencia y perversión que aparentemente asola a la sociedad japonesa. Pero de la nada llega "el visitante", un fulano con camisa floreada, que se instala en el hogar de los Yamazaki, y funciona en unas ocasiones como catalizador de cambios y en otras como mudo testigo y hasta cómplice de los torcidos comportamientos de su familia "adoptiva".

Sin embargo, por debajo de los horrores que se muestran, hay un curioso sentido del humor, que me hace pensar que el director emplea el escándalo, no como un fin por sí mismo, sino como medio para crear una sátira feroz de... ¿de qué? ¿De la sociedad japonesa? ¿De la obsesión por sexo y violencia en el cine contemporáneo? ¿Del morbo y expectativas de la audiencia?

En realidad ignoro la respuesta, pero eso no niega el hecho de que haya disfrutado mucho esta cinta, aunque "disfrutado" probablemente no es la palabra correcta. Baste decir que quien aprecie el cine subversivo, que agresivamente trata de comunicar una idea sin importar los extremos a los que tenga que llegar para hacerlo, encontrará en "Visitor Q" un reto para la mente y los sentidos, difícil de apreciar, pero extrañamente satisfactorio.

Veo difícil que Takashi Miike y su obra tengan buena aceptación en el Occidente (a diferencia de sus colegas de Hong Kong, como John Woo y Ronnie Yu). Sin embargo vale la pena buscar sus películas en festivales y salas de arte, pues al menos representan un estremecedor cambio del blando producto hollywoodense al que estamos acostumbrados. Y como público, nunca está de más una sacudida a nuestras percepciones.

Calificación: 9

Pablo

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Visitor Q (Bizita Q)

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(Bizita Q)