El Gran Pez, por Pepe

Los cuentos son una parte esencial en la formación de todo ser humano y los cuenta cuentos son los creadores de ilusiones, a veces tan reales, que nos influyen en la manera de actuar y ver el mundo, en nuestra manera de vivir. Sin connotaciones bíblicas pero sí de grandeza personal, El Gran Pez simboliza el deseo por ser y obtener lo mejor, ser el más deseado, el difícil de atrapar. Dentro de este contexto, el filme presenta estampas que parecen salidas de un comic, el mismo afiche lo demuestra, con sus árboles de pelos parados y elementos que a pesar de estar en conjunto, parecen aislados, rasgo con el que marca la creación de sus personajes. La imagen del río pantanoso con la que abre y cierra la película es la mejor evidencia del mundo fantasioso al que nos enfrenta el autor.

La idea de la historia es sensacional, ver la vida como un cuento, pero el maestro ilusionista Tim Burton (Eduardo manos de tijera-1990, Beetlejuice- 1998, El jinete sin cabeza-1999, Batman-1989, entre otras), esta vez nos presenta una película tibia en emociones y nivel de imaginación, se quedó corto en sus clásicas descripciones fantásticas y dejó la película en el intento de presentar un drama. Tiene destellos encantadores y su clásica fascinación por los “freaks” o seres extraños sigue siendo uno de sus sellos distintivos.

Gabriel García Márquez dijo que el pasado no es necesariamente lo que sucedió, sino cómo lo recordamos y ese es uno de los atractivos principales de una historia como esta, pues el rasgo más noble es advertir que hay varias maneras de ver la realidad, depende de uno exaltarla o demeritarla. Las actuaciones no desbordan sentimientos de alegría o tristeza, apoyan más bien el carácter casi ausente, casi falso de los personajes, cada uno parece vivir su realidad interna mientras conviven con los otros seres de la tierra. Alegría y tristeza parecen coexistir en sus rostros.

La fotografía no tiene desperdicio y los efectos son notables, especialmente los que no percibimos como tales. Nada hecho dentro del gran sistema de producción es malo ¿Cómo podría serlo si cuesta millones de dólares? Ojalá que millones de neuronas trabajaran en conjunto para refrescar los temas y las historias, ojalá se gastaran menos en técnica y más en originalidad, en la consideración de otros formatos intelectuales, en estructuras narrativas y caras nuevas.

No es una película del todo mala, carece de brillantez pero es entretenida, su mejor virtud es hacernos recordar lo fantástico que pueden ser las historias y nuestra visión de la vida, las experiencias que nos formaron y que siempre tenemos la oportunidad de recordar como nosotros mismos queremos hacerlo.

José Martín Sulaimán

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El Gran Pez (Big Fish)

El Gran Pez
(Big Fish)