Dirigida
y escrita por Jim Jarmusch
Editada por Jay Rabinowitz
Elenco:
Bill Murray .... Don Johnston
Jeffrey Wright .... Winston
Sharon Stone .... Laura Daniels Miller
Alexis Dziena .... Lolita
Frances Conroy .... Dora Anderson
Jessica Lange .... Dr. Carmen Markowski
Tilda Swinton .... Penny
Chloë Sevigny .... Secretaria
La soledad puede ser el remedio del pasado. Don Johnston es un hombre solo y aburrido que vive el día deseando que nada suceda. El único sentido de la vida es el que nosotros mismos le damos, hasta que un día, llega a nuestras manos algo que nos confronta con esa deuda pendiente con la vida. Es aquí donde empieza la travesía de Don, instado por su vecino Winston (Jeffrey Right), a resolver el misterio creado por una extraña carta sin remitente y que siembra una duda cardinal: “¿Soy padre?”
Es de llamar la atención el ramillete de estrellas en desuso que logró conjuntar Jim Jarmusch (Ghost Dog: The Way of the Samurai-1999/ Coffee and Cigarettes -2003), las participaciones de Sharon Stone y Jessica Lange son espléndidas y muy diferentes a las que les conocemos, el mismísimo Bill Murray en el papel de Don Johnston quien se ha instalado en estas películas con un “mood” de cine independiente, diferente, inteligente. Lo fascinante de este tipo de cine es la libertad con la que se tratan los temas y abordan las historias, como en el caso de Flores Rotas, con un comisismo irreverente, lleno de clichés armados para que se entiendan intencionales.
Es por demás interesante el análisis que se hace de la sociedad norteamericana con su diversidad de creencias, costumbres, locuras y excentricidades de una cultura sin bases que busca la satisfacción individual y nunca la familiar ni la colectiva. Es una cultura que ha adoptado formas y estilos de vida en un crisol que quiere mezclar budistas con vaqueros, dando en consecuencia, una visión histéricamente graciosa de la gente, Jarmusch retrata a la sociedad como la fiesta de lo absurdo.
La búsqueda de Don no es infructuosa, aprendió lo que es imposible entender. Su búsqueda es casi como la de un espectador y su participación es minimalista, en ocasiones angustiosa, es como si estuviera existencialmente exhausto, incomprensivo. De no ser por los tintes cómicos que nos regala Winston, la película sería insufrible pero se salva por esa visión de jugar con los estados de ánimo y enfrentar libremente las fuerzas antagónicas de una trama intencionalmente lenta y tediosa.
Sin más,
Flores Rotas es una buena película que hace meditar acerca del valor
de ciertas cosas, del sentido de la vida y nuestro papel en el mundo
José
Martín Sulaimán