Ayer tuve en mal día, no es fácil cruzar la mefítica
Ciudad tres veces, eran las 4:20 de la tarde y estaba cansado de hacer favores,
la hipoglucemia me atacó con furia y me vi forzado a entrar a un restaurante
Chino y sí, adivinaron, las costillas estaban grasosas y el arroz duro.
Desesperado voltee hacia arriba y grité: ¿Qué quieres
de mí? Una mano prieta con mangas blancas puso un plato frente a mí
con galletas chinas de la suerte, rompí la solitaria panetela y el
papelito decía: ¿Qué quieres de ti mismo? Y de pronto
recordé lo mal que me cayeron las palomitas de maíz cuando fui
a ver El último Samurai y la misma pregunta de Katsumoto (Ken Watanabe),
jefe Samurai a Nathan Algren (Tom Cruise).
Todo esfuerzo por intentar entender la relación que existe entre el
costo contra el contenido de las superproducciones actuales es inútil,
me rindo. Planteada como un caso de la vida real, que más bien parece
leyenda, El último Samurai es una película majestuosa, imponente,
con una edición espectacular, pinceladas de misticismo y Tom Cruise
para echarlo todo a perder, galán de mirada sufrida que mira al horizonte
y derrite a las féminas de la audiencia.
Admiro el esfuerzo por reunir todos los elementos indicados en el recetario
de la Real Academia de la Cinematografía, (RACatelas): El héroe
olvidado y rescatado para una difícil tarea, el jefe abusivo, el malvado
seductor, la travesía, adversidades infranqueables y la bella dama
mono expresiva que lo cuida y cura, la tarea dolorosa y la misión imposible.
El resultado es el mismo rompecabezas de siempre con colores diferentes.
Me enternece el tratamiento que el historiador japonés Nobu Ebu, radicado
en Santa Mónica, California, le da a la filosofía
Samurai. A él se le ha visto rondando los puestos junto a la playa
predicando el legado cultural de sus orígenes: killing Ninjas y japoneses
que ha visto levitar en la pantalla del Teatro Chino ubicado en el Hollywood
Boulevard.
Yo creí haberlo visto todo hasta que en la pantalla del cine, un gringo cabalgó hombro a hombro con el jefe Samurai para salvar la dignidad de una casta ancestral de guerreros. Como el guión mismo dice: Japón recibe ayuda importante de los países de Occidente, ingeniería de Alemania, arquitectura de Holanda y claro, guerreros de Estados Unidos, qué barbaridad.
El capitán Algren, gozando de la iluminación divina le pregunta
a Katsumoto sobre el destino y termina diciendo: ...yo no sé
cual es mi destino, yo seguiré caminando hasta que él me encuentre.
Caray, mil disculpas, olvidaba mencionar que faltó la escena de sexo,
después de todo no es igual a todas las películas
Imagen © 2003 Warner Bros.
Dirigida por Edward Zwick
Escrita por John Logan, Edward Zwick y Marshall Herskovitz
Elenco:
Tom Cruise .... Nathan Algren
Ken Watanabe .... Katsumoto
Billy Connolly .... Sgto. Grant
Tony Goldwyn .... Cnel. Benjamin Bagly
Koyuki .... Taka
Shin Koyamada .... Nobutada
Aoi Minata .... Magojiro
Timothy Spall .... Simon Graham
Hiroyuki Sanada .... Ujio
Scichinosuke Nakamura .... Emperador
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