CinEncanto
Películas recientes
Archivo en Español
Archivo en Inglés

Spoilers

¿Qué estarías dispuesto a hacer para realizar una obra de arte? ¿Matar?
José Luis Pedroza

Vlad Tepes Dracula, mejor conocido como Vlad el empalador, príncipe Rumano que empalaba a sus enemigos y disfrutaba de comer viendo el Dantesco espectáculo. Más tarde sería el prototipo de Bram Stoker para la creación de Drácula, el vampiro (1897).

Nosferatu es la interpretación del cineasta J.W. Murnau de Drácula, quien debido a la negación de derechos para utilizar el nombre original, le llamó así.

“Roll camera... and, begin.” Hay sombras que se alargan en las paredes y en los cuerpos de las desapercibidas víctimas, rascan tu piel y se apoderan de tu voluntad. La sombra del vampiro es mucho más que una crítica a la siniestra sombra sobre el cine mundial del “Star system” de Hollywood, seno de frivolidades y excesos, de poses geniales y manejo del poder; Es muchas cosas: La sombra que incita a la creación, a buscar lo necesario para hacer tu obra de arte, es la sombra que te exige dar un paso más; Pero también es la historia de la soledad y el confinamien-to voluntario, de la incomprensión y se puede decir que también de la ceguera de muchos ante la evidente condición de un ser extraño que no reúne las características aceptadas de un ser humano “normal”.

El expresionismo alemán aportó al cine la libertad creativa donde se desarrolló la modernidad visual, asustó e impresionó con sus altos contrastes, escenarios casi cabareteros, decoraciones estrictamente arquitectónicas y su derroche expresivo-actoral, y es quizá, la etapa más notable del cine alemán. Los precursores del movimiento fueron Fritz Lang, G.W. Pabst y F.W. Murnau, este último, protagonista de la historia en cuestión. Interpretado por John Malkovich, Murnau planeó la realización de la mejor película de vampiros jamás filmada y no se detendría ante nada para lograrlo, fue tal su obsesión, que contrató a un vampiro real para el papel de Nosferatu, Williem Dafoe es Max Schreck o el Conde Orlock, cuya sed por la sangre creció incontrolable a lo largo del film. No es el prototipo del vampiro que conocemos, es tímido, introspectivo y vive en un mundo que difícilmente comparte con los demás, es el Edward Manos de Tijera de la antigüedad, igual de ambiguo, igual de pálido, igual de extraño. El director Elias Merhige nos presenta la imagen más creíble de un vampiro, sin efectos especiales ni personalidad encantadora, pero sí enigmática. Revela una personalidad más humana y sincera que cualquiera de sus colegas, pues su vida está enfocada a él, no al producto cinematográfico. Hay secretos que no se revelan sino hasta que es necesario hacerlo, Murnau le ofreció a Schreck el cuello de Greta (Catherine McCormack) por su participación en la película y con la condición de que tenía que dar una excelente actuación y controlar su sed de sangre hasta el final del rodaje. El terror acompañó a la filmación y el Conde difícilmente controlaba sus impulsos vampirezcos, atacó a Gustav Von Wangenheim (Eddie Izzard), actor principal quien sufrió una cortada en el dedo y el vampiro se lanzó frenético a chupar su sangre.

La película en sí es la filmación de la filmación, como el “tras las cámaras” del rodaje, donde se alternan la visión del momento que es en color, con el momento del rodaje, que se presenta en blanco y negro, con el grano de la película reventado, muy similar a las películas antiguas. La fotografía es espléndida y el duelo entre Malkovich y Dafoe, incomparable, mágico, temible.

La sombra del vampiro es una película oscura, donde el reino de las sombras es el entorno natural de un emisario del infierno, nada está iluminado para verse bonito, hay cosas que ni siquiera están iluminadas y eso le da un encanto especial al filme. Nosferatu en las tinieblas, a veces solo vemos su sombra, a veces solo su silueta. Enmarcado en una espléndida escenografía de pequeñas proporciones, recrea su mundo interno, simple pero escabroso, de altos contrastes y antigüedad milenaria. La filmación “en locación” adquiere una importancia fundamental y Murnau fue muy claro en su búsqueda de escenarios naturales, tan naturales, que todo el personal de la película dormía en el recinto donde filmaron parte de ella. Mientras todos queremos reconocimiento, dinero, fama, el vampiro Schreck anhela disfrutar de la luz del sol y en una de las tomas más impresionantes de la película, él se para en una parte del castillo que parece caverna y en el fondo hay una pintura con un gran sol al centro y rayos de luz que se disparan hacia todos lados, es como su aura.

Fuerzas extrañas se conjuran en la filmación, en el Drácula de Bram Stoker, dirigida por Francis Coppola, las sombras adquieren una relevancia importante, quizás mayor que en “La sombra del vampiro”, tenían más personalidad, si me permiten la expresión, reptaban por doquier acechando a sus víctimas, pero aquí, la sombra del Conde aparecía en los momentos cruciales y se destaca el momento en que la bella Greta está en la cama sufriendo los efectos de le heroína y la sombra tiene un efecto hipnótico sobre ella. Murnau, con su espíritu de artista consumado, no se iba a detener ante nada para lograr su abra maestra, ni siquiera ante la muerte y en una coreografía simple y austera, corren la cámara, la imagen se va a blanco y negro y el vampiro actúa escuchando las indicaciones del director, a veces poética, a veces instructiva, solo que su relación con la realidad es distinta y se lanza sobre la doncella, muerde su cuello y chupa su sangre, mata al productor Albin Grau (Udo Kier) y finalmente muere con los rayos del sol. Todo desde un desesperante mismo ángulo de cámara y a eso se le llama lenguaje cinematográfico. Murnau, ensimismado, perdido entre la realidad y la ficción, gira y gira la manivela de la cámara y sigue dando instrucciones a los muertos frente a él, enloquecido se habla a sí mismo... “And... finish. Stop the camera.”

El hombre solo juega a crear.

MUCHO MUY RECOMENDABLE, por favor véanla.

José Martín Sulaimán

Manda tus comentarios por correo o visita nuestro Foro de Mensajes

 

 

La Sombra del Vampiro
(Shadow of the Vampire)

Imagen © 2000 Lion's Gate Films

Lion's Gate Films
2000
91 minutos

Dirigida por E. Elias Merhige
Escrita por Steven Katz

Elenco:
John Malkovich .... F.W. Murnau
Willem Dafoe .... Max Schreck
Cary Elwes .... Fritz Arno
Wagner Aden Gillett .... Henrick Galeen
Eddie Izzard .... Gustav von Wangenheim
Udo Kier .... Albin Grau
Catherine McCormack .... Greta Schröder
Ronan Vibert .... Wolfgang Müller